Capítulo 8: Los celos del rey

252 37 9
                                    

– Entonces qué hiciste? – Preguntó Draco, emocionado por la historia que el auror estaba contando

– ¿Qué podría haber hecho? Nada... Si no fuera por Harry estaría muerto...

Draco le dio un sorbo a su cerveza de mantequilla, antes de continuar.

– ¿Te refieres a Potter? Él había mencionado algo de que eran amigos.

– Sí, desde el primer día de Hogwarts.

– Hogwarts, el colegio de magia y hechicería...

– Sí, ese. Veo que estás muy bien informado

– He leído mucho, me encanta leer, sobre todo acerca de este mundo.

– Si te gusta leer tal vez te agrade nuestra biblioteca, tiene muchos to...

– ¡¿Biblioteca?!

– Sí, está por aquí cerca, si quieres podemos ir...

– Por supuesto.

Draco tomó su cerveza y la bebió hasta el fondo.

– ¿Nos vamos?

El hombre miró a Draco con sorpresa, antes de desviar la mirada hacia la jarra vacía y volver a posarla sobre Draco.

– Sí... claro

»»»»»»»»

Cada día que pasaba, Draco sentía que le agradaba más el auror, era como si ni siquiera lo decidiera, simplemente confiaba más en él, le parecía más divertido y más guapo, aunque no había terminado de entender qué era ese sentimiento.

– Harry no parece muy contento de que seamos amigos. Hoy estaba ahí. ¿Lo viste? En la tienda. Si las miradas matasen...

Algo dentro de Draco se removió, algo agradable y cálido, pero al instante fue silenciado por ese peso aplastante que lo acompañaba últimamente, y lo remplazó por un helado sentimiento de furia, que parecía no pertenecerle.

– Pues no es de su incumbencia – Dijo con frialdad

Ron solo rio, mientras seguía registrando la nevera.

– Se acabó la cerveza de mantequilla, ¿quieres un poco de Whisky de fuego?

– No lo sé, nunca lo he probado.

– Siempre hay una primera vez

– Tienes razón

Draco dejó su periódico de lado (Nada trágico, las desapariciones se habían detenido hace unos días) y se dirigió a la cocina, pero en medio del trayecto se detuvo. Sus piernas dejaron de funcionar, su mente se sintió nublada y su visión borrosa, y lo siguiente que sabía era que estaba entre los brazos de Ron.

– Estás bien? – Preguntó preocupado

– Sí, sí, eso creo. Solo un poco... Solo fue un momento de...

– Siéntate

Ron lo ayudó a alcanzar la silla para recostarse. En realidad, Draco no se sentía mal, ya no, fue solo aquel momento, como si algo hubiera caído sobre él, pero hubiera sido removido al instante.

– Estoy bien – Dijo Draco al ver la preocupación de Ron – Enserio, de qué estábamos hablando?

– De... de Harry, pero mejor cambiemos de tema...

– Tienes razón

– ¿Cuándo es tu ceremonia de selección?

– En una semana. Estoy muy emocionado. ¿En qué casa crees que sea sorteado, Ron?

El auror lo observó como si lo analizara.

– En Ravenclaw

– ¿Enserio? Estaba leyendo sobre las casas, creo que Slytherin también es una opción.

– No. No lo es – Dijo Ron con dureza

Draco lo miro con sorpresa, se había puesto repentinamente serio.

– ¿Por qué no?

– Porque son personas horribles, que no merecen el menor de los respetos... - Dijo con el asco impregnado en su voz - Todos son iguales. Sugeriría que quitaran la casa, pero al menos de este modo nos damos cuenta en quienes confiar... Y en esas horribles serpientes no va a ser...

Draco ahora estaba medio sorprendido, medio horrorizado, siempre le había parecido que Ron era muy gentil con todos. Es que era muy gentil con todos siempre, ese horror que sentía, era ridículo. El sentimiento desapareció.

– Tienes razón. Espero no quedar ahí.

Ron le sonrió amablemente.

– No lo harás... Debo ir a una reunión en el cuartel, ¿estarás bien solo un rato?

»»»»»»»»

– Está bien, Hermione... ¡Ya no me grites! ¡No es mi culpa que no ames a tu esposa!

Harry le colgó, aunque se arrepintió de ser tan cruel. Hermione amaba a Pansy. Bueno, eso creía él, no era que se vieran mucho, pero estaba cansado de que cada que se acercaba Et Nyta Amoris, se pusiera tan irascible. Entonces vio a su sujeto, yéndose del palacio junto con otros aurores.

– ¡Ron! ¡Necesito hablar contigo!

– ¿Conmigo?

– Sí

– Los alcanzo más tarde – Le indicó Ron a sus compañeros

Los uniformados se retiraron y él se acercó a Harry, que estaba mortalmente serio. Carraspeó antes de empezar a hablar.

– Sé que yo personalmente te asigné el cuidado de Draco... – Harry dudó un momento – ...pero solo quiero recordarte que no es permitido para los aurores confraternizar con sus protegidos...

Ron aguantó la risa, viendo la expresión casi hostil en el rostro de Harry.

– Ya, ¿y a qué viene ese... recordatorio?

– Na... nada... Solo... solo no quiero que te metas en problemas... – Dijo nervioso

– Ajá, ¿no tiene nada que ver con esa forma en la que miras a Malfoy?

– ¡¿De... de qué estás hablando?! ¡¿Qué forma?! ¡No seas ridículo!

Ron soltó la risa que había estado conteniendo.

– Nada, olvídalo, era obvio que no lo entenderías...

– ¿Entender qué?

– Te he dicho que lo olvides, ¿que se puede esperar de ti cuando dejaste pasar la cita de San Valentín con Cho porque no pudiste entender una clara insinuación?

– ¿Insinuación? ¿Qué tienen que ver las insinuaciones con Dra... Malfoy?

Ron rio negando con la cabeza y se dio media vuelta, para emprender su camino fuera del palacio.

– ¡Ron! ¡¿Entender qué?! ¡No te vayas!

– ¡¡Volveré en una semana para ver si lo has comprendido!! – Le grito sin volverse

– ¡¡¿Comprender qué?!! ¡¡Ronald!!! ¡¡Vuelve aquí ya mismo!! ¡¡Te lo ordeno!!!

Ron rio de su amigo una vez más, antes de cruzar las gigantes puertas de oro de salida. Sí, él tenía el ojo fijado en Malfoy, no lo iba a negar, era la primera vez que se permitía intentar algo serio, desde... desde esa maldita Slytherin; pero ahora que confirmó que a Harry le atraía, entonces lo dejaría en paz.

꧁꧂

Aclaración: "Et Nyta Amoris" es algo que inventé y explicaré más adelante.

El Paraíso EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora