Capítulo 20: No tan rápido

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– Por fin solos...

Harry y Draco estaban en uno los tantos jardines de La central. Estaban sentados en una banca, mientras parejas y familias jugaban o se daban cariño por aquí y por allá. Ellos estaban un poco apartados, evitando llamar la atención. Habían estado sumamente ocupados con las conferencias y reuniones por las nuevas instalaciones de seguridad.

– Harry, quiero preguntarte algo, pero quizás duela... ¿Puedo?

– Por supuesto.

– ¿Recuerdas a tus padres?

Harry suspiró, mientras veía aquellos ojos que pedían perdón, pero no se arrepentían si con ello podían saciar su curiosidad.

– Sí, mucho la verdad... Fue hace trece años que los perdí. No es mucho tiempo

A Harry le empezaron a venir a la mente muchos recuerdos, era doloroso, muchos eran buenos, la sonrisa de Lily, la forma en que James se desordenaba el cabello, todos los caprichos que le consentían e incluso los regaños y aquella vez que le quitaron su escoba de juguete y no se la entregaron en tres meses, por mucho que lloró.

No era su culpa que aquel niño le hubiera cautivado tanto, era lo más hermoso que hubiera visto. No era como si hubiera planeado que su magia lo atrajera hacia él como un imán o que su padre fuera un paranoico que pensó que lo iban a secuestrar. Él solo tenía tres años, y tampoco que el niño se hubiera quejado, había reído y tomado las pequeñas manos de Harry. Amaba recordar esas cosas. Aunque lastimaba, agradecía la buena memoria con la que nacían los isleños.

– ¿Cómo se siente? Recordar...

– Duele un poco, pero también reconforta, ¿por qué preguntas?

– Bueno... mis padres también murieron, pero no recuerdo nada... El problema es que últimamente he sentido que... es como si quisieran volver. Los recuerdos.

Draco sacudió la cabeza y rio.

– Olvídalo. La verdad es que lo más probable es que me abandonaran... Lo primero que recuerdo en mi vida es cuando estaba pequeño... oler la sal del mar que traía el viento, y sentir el suave balanceo característico de una embarcación. No sé qué hacía a los cuatro años en un barco, probablemente me dejaron ahí...

Harry frunció el ceño confundido, pero pensando al mismo tiempo. ¿Era normal que todos los muggles recuerden cosas como el olor del viento cuando tenían cuatro años? Y entonces recordó lo que había pensado hace unos minutos, había agradecido a su gran memoria. De repente una idea se formó en su cabeza, pero Draco era muy astuto y sagaz, tendría que ir con cuidado.

– ¿Y qué más recuerdas?

– ¿De qué?

– No lo sé, cualquier cosa... ¿o solo recuerdas estar en el barco?

– Bueno recuerdo una asquerosa rata gris que siempre se pasaba por todo el barco, la odiaba, aunque no creo que eso te importe...

– No, es exactamente el tipo de cosas que me interesan, lo quiero saber todo de ti, de tu infancia.

– Bueno, si insistes... También recuerdo que le temía a uno de los marineros, porque le faltaba parte de la nariz... pero mi favorito era el capitán, era muy amable conmigo, me daba un poco de su reserva especial de azúcar para endulzar los jugos, los de maracuyá especialmente, eran tan ácidos...

– Draco, ¿recuerdas todo eso o estás siendo sarcástico?

– Si estuviera siendo sarcástico, lo sabrías

Draco lo observó con los ojos entrecerrados.

– ¿Qué estás pensando? Tienes esa cara de estar maquinando algo, casi puedo ver el humo salir de tu cabeza

El Paraíso EternoWhere stories live. Discover now