Capítulo 18: Tal vez un cuento de hadas

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Harry le había gritado a toda la isla que se iba a casar. Tal vez había sido estúpido, solo el tiempo lo diría, pero por ese momento lo diría Hermione... y a gritos.

– ¡¡Eso fue muy estúpido!!

– Lo sé, pero...

– ¡¡Tú eres un estúpido!!

– Probablemente tienes raz...

– ¡¿Sabes lo que pensará el pueblo si no se los explicas?!

– Mione, por favor...

– ¡¡Desapareciste una semana y vuelves diciendo que te vas a casar!! ¡Van a pensar que estás loco!

– Tal vez...

– ¡Y tú! – Dijo señalando a Draco – ¡De seguro tú lo animaste! ¡Pero que descuidado y...!

– ¡Hermione! – Harry se había levantado de su asiento - No te atrevas a meter a Draco en esto. – Advirtió con seriedad

El rubio no se inmutó, siguió tomando su té. Solo estaba ahí porque Harry se lo había pedido, se sentía más seguro con él alrededor. Hermione suspiró cansada.

– Lo lamento, Draco, sobre todo por lo que estoy a punto de decir... Harry... ¿estás seguro que te quieres casar? ¿Estás seguro que es tu Amesir?

– Sí – Dijo con toda la seguridad que tenía – Es... Cuando estoy cerca de él deja de importar todo, Mione. No puedo controlarlo. Desde que llegó... Se sentó en mi trono, pero ni siquiera así pude enojarme con él... y cuando le hice daño sin quererlo (creyendo que había ocultado su marca) sentí que me quemaba la piel, y hay tantas otras cosas, pero... tal vez deberíamos continuar esta conversación luego, tengo un Amesir muy mimado que necesita atención constante.

Draco, con la taza en sus labios, sonrió. Hermione le dio una última mirada de mamá regañona a Harry y entonces le sonrió levemente y suspiró.

– Sí, yo también tengo una de esas. Debería ir a casa...

»»»»»»»»

Harry había decidido que no le tendría más miedo a Voldemort. Era ridículo seguir evitando decir su nombre o compartir tan buenas noticias como lo era un matrimonio, solo por miedo a él. Por eso Harry se había encargado de explicar en una conferencia toda la historia del romance entre él y Draco, y el hecho de que era su Amesir. Todo el pueblo había estado conmovido y además muy alegre.

Todos estaban seguros de que la profecía había fallado, que el amor de su hermana por Harry al protegerlo había sido suficiente; pero, aun así, se sentían más seguros sabiendo que su rey tenía ahora a su Amesir, y que pronto tendrían dos reyes que reinarían conjuntamente. Entre la alegría, apenas y habían tenido un momento a solas.

Los querían en todas partes, la organización de la boda, la coronación de Draco, la presentación al pueblo, las entrevistas, aparte de los deberes de Harry y próximamente de Draco como rey, la seguridad extra que quería instalar, y las protecciones alrededor de su futuro esposo. Casi no habían tenido tiempo para respirar.

Pero había valido la pena, y sí que la había valido si con eso podía ver a Draco de aquella forma tan hermosa y sonriente, con una túnica azul y una corona de flores en su precioso cabello. Había miles de personas observando, pero a él solo le importaban aquellos ojos grises y aquellas manos tibias que sostenía, y aquella voz, aquella palabra que calentaba el corazón de Harry con cariño.

– Acepto

Apenas se dio cuenta de cuanto había avanzado la ceremonia cuando tuvo la gran pregunta frente a él.

El Paraíso EternoWhere stories live. Discover now