Capítulo 14: Cómo enamorarse en una semana. Parte 1

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Día 1: Presta atención a cada uno de sus actos...

– ¡Ey, tú! ¿Puedes dejar de hacer eso, por favor?

– Solo estoy comiendo...

"Sí, pero de una manera demasiado sexy" Pensó Harry

– Me estás desconcentrando. Necesito terminar esto... – Dijo, fingiendo que trabajaba en algo

– Es que está cosa mágica que me diste es deliciosa...

– No es mágica, solo es helado...

"Helado que te estás relamiendo de los labios, que te hace gemir de satisfacción, helado que se te escurre por las manos y tienes que lamer de esa condenada manera"

Harry solía exhibir un buen autocontrol, incluso en sus pensamientos; pero el problema no era él. No, el problema era que, en ese momento era simplemente imposible desviar la mirada para cualquier mortal.

– No me dejas salir, pero tampoco puedo comer.

– No era...

– Si tanto te desconcentra que coma me iré a la otra habitación...

– ¡No! ¡Quédate!

Harry no quería que se fuera, tal vez se había pasado un poco, pero es que las ganas que tenía de besarlo no eran normales. Draco lo miró, enarcando una ceja.

– ¿Me dejarás comer en paz?

– Sí, quédate...

»»»»»»»»

Día 2: Ríe con él

– ¿Qué te gustaría hacer?

- ¿Mmm?

Draco desvió la mirada del increíble libro que estaba leyendo, para mirar a Harry, en medio de un mar de pergaminos, plumas y libros.

– En el reino. Has visto y leído sobre algunos de nuestros trabajos... no lo sé... ¿cuál te llama la atención?

– Mmm... si tuviera que escoger el que más me llama la atención en este preciso momento diría que... la sanación o las pociones

– ¿Te gustaría ser medimago? Tendrías que tener resistencia a cosas asquerosas...

– Solía descuartizar a mis prisioneros personalmente... - Dijo con simpleza, como si hablara del clima

Harry abrió los ojos con horror.

– Yo hablaba del vomito

Draco rio con tranquilidad.

– Y yo estaba bromeando...

Harry suspiró aliviado.

– ...más o menos...

– Nota mental: Nunca meterme contigo

– Buena elección

Draco le sonrió y continuó su lectura. Harry quería hacer algo con él, quería su atención devuelta. Sentía una irracional necesidad de establecer contacto con Draco; una que no sentía el día anterior, o tal vez sí.

– Cómo te sientes? – Preguntó Harry

– Bien... Como hace una hora que preguntaste. – Dijo despegándose de su libro de nuevo – Enserio me haces pensar que tengo una enfermedad terminal...

- No es eso, solo recuerda que...

– ...debo estar calmado, lo sé. Efectos secundarios del hechizo, bla bla bla...

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