4- Chispa interior

175 12 2
                                    

| AÑO 151 DG |

   Lanza un puño hacia el frente y expulsa una bola de fuego que destruye uno de los muñecos de práctica, pasando a girar sobre sí mismo lanzando así una patada trasera que parte a la mitad otro de los muñecos en el campo.

   —Se dice a veces que el aire está tan tenso que puede cortarse con un cuchillo —oye Iroh, girándose apenas y viendo sobre el marco de la puerta a su padre, Malik—. Parece que ese cuchillo podría ser perfectamente tu fuego.

   Sonriendo ante el comentario, Iroh relaja su postura y acaricia un poco sus manos en lo que su padre entra al salón de entrenamiento.

   — ¿Cómo has estado, hijo?

   —Bien, más que nada he entrenado —dice Iroh, cumpliendo con una reverencia así como Malik ha hecho una antes de siquiera hablar.

   Su padre luce un traje elegante, mientras que él está sucio y sudado.

   — ¿Qué tal ha estado Isla Ember? ¿Mamá pudo pasarla bien?

   —Ya sabes cómo es ella, siempre tan avocada al trabajo —dice Malik en lo que ve algunos de los objetos empleados por su hijo para entrenar, viendo que tal y como desde niño, sigue teniendo a lo lejos siempre listos los objetivos de disparo que están especialmente preparados para soportar cargas eléctricas—. Ella... conoció a unos niños y el orfanato en ruinas en el que vivían y decidió quedarse unos días más para supervisar que las cosas mejoren.

   —Así es ella... Siempre tan preocupada por los demás —dice Iroh.

   —Noto cierto sarcasmo en tus palabras.

   — ¿Reconoces el sarcasmo? Pero si nunca has leído ni un solo libro.

   —Muy bien, suficiente jovencito —espeta Malik, con Iroh suspirando—. Sé que tu madre y yo no hemos sido los padres más presentes del-

   —O atentos, o cariñosos, o... simplemente padres.

   —Pero todo lo que hemos hecho, y todo lo que hacemos, es para que algún día tú estés sobre el trono y no parezcas un completo idiota al que quieran derrocar a la siguiente semana —Le dice Malik en un tono firme y duro.

   Un silencio se instaura entre ambos que es levemente cortado por Iroh manipulando su bolso de entrenamiento. Parece estar preparándose para irse.

   — ¿No vas a intentar... eso? —Le pregunta su padre, esta vez con un tono un poco más tranquilo que el de hace unos instantes.

   — ¿Para qué? Claramente no es lo mío.

   —Y nunca lo será si sigues con esa actitud —Le dice Malik, con Iroh tan solo cargando su bolso en su hombro—. De niño solías practicarlo siempre.

   —Sí, bueno... de niño quería ser tan grande como mi abuelo, hasta que supe que ni él pudo lograrlo —responde Iroh, ya de camino a la salida.

   —Zuko no ha sido el último grande en tu familia. Ha habido otros que sí que han podido. Tu tía abuela Azula, y tu bisabuelo Ozai.

   —No es un lado de la familia que me gustaría explorar —dice Iroh.

   —El poder está en tu interior... Yo lo sé, y tu madre también —Le dice su padre, llamando la atención del joven de 17 años especialmente con eso último—. Siempre hemos seguido de cerca tu progreso en fuego control. Zuko nos vivía contando mil maravillas cuando eras pequeño y tras oírlo cada vez, lo teníamos más y más claro. La chispa del rayo está en ti, Iroh... Solo debes encontrarla.

Avatar. Príncipe de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora