10- Dúo demoledor

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| AÑO 163 DG |

   Alistando sus hombreras ante el espejo, Iroh respira hondo y se mira a los ojos una última vez, para entonces salir del pequeño tocador y caminar por un pasillo, llegando finalmente hasta un pequeño balcón que da a la cubierta.

   Una vez allí, el General Iroh ve a toda su tripulación formada bajo él.

   Posa sus manos en el barandal y mantiene su mirada bien en alto.

   El silencio se prolonga unos buenos segundos más, hasta que...

   — ¡La segunda división llegará en cualquier momento y debemos estar preparados para la conjugación de flotas! ¡Todos a sus puestos! —grita Iroh, con todos rápidamente dispersándose por todo el barco y con él suspirando.

   El barco principal de una flota de al menos diez naves avanza lentamente por el mar del sureste del Reino Tierra. Ya dentro de la cabina de comando, Iroh ve atentamente cómo el capitán del barco le va marcando el camino que harán, rodeando la Isla Song y encontrándose con la flota aliada.

   —General, se avistó una aeronave del Reino Tierra dirigiéndose hacia nuestra posición —Le informa un cadete, con Iroh y todos sorprendiéndose.

   Caminando de prisa hacia los ventanales, Iroh y los demás ven cómo la aeronave está a minutos de sobrevolar por encima de ellos. Rápidamente se trasladan a la sala de comunicaciones, donde ya se está intentando establecer contacto con quien sea el que venga en el dirigible... pero no hay respuesta.

   —Sólo hablaré con tu General —oyen todos, aliviándose al reconocer su voz, en especial Iroh. Algunos se marchan, pero Iroh permanece ahí.

   —Bumi, ¿qué haces en un dirigible? Se supone que vendrías liderando tu flota —Le dice Iroh una vez ha tomado la radio de comunicación.

   —Mm, digamos que tuvimos algunos problemas.

   — ¿A qué te refieres? ¿Algo sucedió con la flota?

   —Fuimos emboscados cuando terminábamos de rodear la costa cercana a Ba Sing Se. Solo un par de nuestras naves perecieron, pero las demás tuvieron que retirarse al este para reparar motores y descansar de los asaltos sufridos.

   — ¿Y tu nave? ¿Por qué estás en aire y no en agua?

   —Mi barco fue el principal foco de los ataques, muchacho.

   — ¡¿Qué?! ¿Y estás bien? ¿Y tu tripulación?

   —Tranquilo, estoy bien, pero... bueno, mis muchachos no.

   —Bumi, ¿qué intentas decir...? —Le cuestiona Iroh con cierto temor.

   —Esta ya no es solo una misión para desarmar a un grupo eco-terrorista, mi buen General. Esta ahora es una misión de rescate. Los secuestraron a todos.


. . .


   — ¡Gracias, gracias, nuevamente gracias! —saluda Bumi a unos sujetos de verde que van encima del dirigible del Reino Tierra que ya se marchan.

   —Ya envié un mensaje a la República Unida —dice Iroh, llegando hasta su viejo amigo—. Corporación Col será recompensada por su desinteresado acto al rescatarte de un trozo de metal flotante en el medio de la nada.

   — ¡Sí, y su sopa de col es deliciosa! —grita Bumi, cuando entonces ve que el dirigible que le rescató ya se halla muy lejos—. No es cierto, es horrible.

Avatar. Príncipe de FuegoWhere stories live. Discover now