7. Chef royal

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La noche del viernes, tras salir de la academia, me encaminé hacia Evangeline para limpiar y hacer algunos preparativos para abrir mañana. Debido al banquete que se celebraría el domingo, Evangeline solo abriría sus puertas la noche del sábado.

La planta baja de la construcción estaba diseñada de manera elegante. Al no tener una estructura compleja en el interior, era de fácil acceso, contrario al diseño de À plus tard que hacía que Margo se perdiera a menudo. Ella era tierna, linda, pero fruncía demasiado los labios a causa de la frustración. Para aliviar su dolor, decidí que una casa con diseños sencillos pero elegantes eran la mejor opción.

Mi plan original era dejar la planta baja para un pequeño restaurante; y los dos siguientes niveles para los dos. Debido a la ausencia de Margo, mi prioridad número uno fue invertir en el salón del restaurante, la cocina, el estacionamiento e incluso un sitio web para hacer reservaciones.

Además de seguir esperando por Margo, otra razón que me impedía dejar el apartamento todavía era porque la casa permanecía sin acabar. Por el momento eran salones enormes sin divisiones ni habitaciones, más que los cuartos del sanitario y la ducha. ¿Eso le gustaría a Margo?

Quería que fuese lo más simple y cómodo posible. Ella tendría todo a la vista, desde el dormitorio en una esquina, la cocina al otro lado y la sala en el medio; el resto podría acomodarse en el tercer nivel. Por supuesto que no sería tan simple como se reflejaban en mis pensamientos. Se diseñaría el interior bien y se realizarán los cambios necesarios para tener un ambiente acogedor y elegante, pero eso dependería más del gusto de Margo que de los míos.

Podía parecer demasiado sencillo, aunque no había divisiones que separaran cada ambiente, la estructura externa y forma de la casa eran únicos para ser tener diseñados y acabados igual de especiales.

Sonreí. Pensaba demasiado al respecto, estos planes habían sido pensados de acuerdo a la personalidad y la comodidad de Margo, ¿pero y si ella no volvía a mi lado? ¿Y si sus sentimientos fueran diferentes ahora?

Prometí no ser codicioso, pero al final, solo podía desearla.

El sábado por la noche, el trabajo iba bastante bien. Los empleados que robaba cada fin de semana de Á plus tard eran eficientes y tenían experiencia para ayudarme, sin que ande detrás de ellos para guiarlos como niños pequeños perdidos. Ya no poseía la paciencia suficiente para soportarlos.

―Funciona bastante bien ―comentó Trey, limpiando el sudor en su frente con una toalla blanca―, pero no entiendo por qué solo atiendes a cinco mesas a la vez.

Era por el tipo de restaurante. No era dedicado para las masas, era incluso más selectivo que un restaurante de cinco tenedores. Además, aún no podía enfrentarme a los ojos del público luego de las constantes críticas que recibí de los gastrónomos tres años atrás.

Que Thomas Lozano volviera a su antiguo esplendor era algo que debía ocurrir despacio y en silencio.

Si mi cocina aún no estaba en su apogeo y no alcanzaba el nivel máximo, nadie lo sabría. Podían criticar a este chef fantasma y desconocido, pero no volverían a agregar a mi nombre más pecados antes de siquiera volver a salir a la luz.

Debería ser más paciente, entrar al mundo de la cocina de a poco, sin presiones, sin correr, volver a enamorarme de la cocina a mi manera.

Sonreí. Esto no era diferente a conquistar a una mujer. Ir demasiado rápido podría implicar perderla a esa misma velocidad, podría no seguir el ritmo; ir despacio solo la deteriorará y la hará caer en un pozo vacío sin retorno.

Seduciendo al chefWhere stories live. Discover now