7.5. Escenario incierto

2.1K 265 177
                                    

Margo Torresselli

Domingo por la mañana. Desayunaba con mi abuelo y mis hermanos cuando mi teléfono vibró sobre la mesa, anunciando que un mensaje había entrado. Fruncí el entrecejo, disgustada. ¿Ahora quién podría ser?

Creí tener un día domingo tranquilo, pero este mensaje era una clara indicación que las cosas podrían ponerse feas.

Sentí la mirada curiosa de mis hermanos y de mi abuelo. Indiferente y para evitar dar explicaciones innecesarias, silencié por completo el teléfono antes de bajarlo de la mesa y colocarlo sobre mis piernas.

―¿Qué es? ―preguntó el abuelo.

―Ni idea, no creo que sea importante ―respondí. Me metí un bocado del bistec a la boca.

En realidad, podía intuir de quién se trataba. No era difícil adivinar, los últimos días habían sido agotadores por las constantes llamadas y mensajes que recibía sin descanso.

Ante mi renuencia de hablar sobre el tema, mi abuelo dejó zanjada este tema, volviendo su atención hacia mis dos hermanos presentes.

―¿Cuándo empiezan en la academia?

Dustin se mantenía quieto, su postura rígida lo hacía parecer elegante; y esa actitud apática y fría como un chico inaccesible. Era solo externo, porque Dustin era muy lindo y curioso.

―Mañana será el primer día ―comentó con desinterés.

―¿Es bueno el estudio?

―Bueno ―respondió.

―Eso no fue lo que dijiste antes ―intervino Mark con ánimo de molestarlo―. Siempre llegas a casa como si no hubiera valido la pena asistir.

Dustin no habló, pero miró a Mark fríamente.

Reí.

―¿Es tan malo? ―quise saber.

―En absoluto. ―Dustin me miró―, es solo que... aprendí más de ti la última vez.

―¿De verdad?

―Sí.

―Por supuesto, tu hermana mayor es muy competente ―me alabó el abuelo, sonriendo. Dejó caer su cabeza en mi cabello, alborotándolo de modo cariñoso. El abuelo no me trataba como una mujer adulta responsable, me veía más como una niña pequeña que él debía cuidar y complacer.

Me elogiaba por las cosas que hacía bien, raras veces me regañaba y, si me equivocaba en algo, me consolaba diciendo que no me preocupara por nimiedades que podrían solucionarse.

"Todo tiene solución, excepto la muerte" decía siempre.

Un sentimiento cálido me inundó el corazón, sentía el cariño del abuelo y el de mis hermanos. El orgullo arraigado en mi interior no hacía más que crecer ante los comentarios positivos que las personas importantes para mí me brindaban con sinceridad. Si ese diminuto consejo que le dí a Dustin, luego de probar una de sus creaciones, le sirvió más de lo esperado, entonces podría decir que mi esfuerzo de los últimos años valían absolutamente la pena.

―¿Qué? ¿Ya no quieres ir? ―pregunté, entrecerrando los ojos.

―La academia otorga privilegios exclusivos para los estudiantes graduados con honores; si quiero estar en la cima, debo ser el mejor. ―Hizo una breve pausa―. Me gustaría que mi hermana pudiera compartir su conocimiento conmigo.

―Por supuesto, siempre puedes apoyarte en tu hermana. ―Sonreí abiertamente. Dustin era ambicioso, eso me gustaba.

Él también sonrió.

Seduciendo al chefWhere stories live. Discover now