Capítulo 1

8 1 0
                                    

Camino de vuelta a casa, me detengo frente a la puerta color café, sólo debo introducir la llave y entrar. Respiro profundo y lo hago. Entro a mi casa, no hay nadie, una sensación de alivio inunda mi cuerpo, significa que aún no llega o no me escuchó entrar. Subo a mi habitación lo más rápido posible y cierro la puerta con seguro.

Termino los deberes de la escuela y luego alisto mis cosas para el día siguiente, saqué una bolsa de papas fritas de mi mochila, luego mi monedero y mi billetera, conté el dinero que había reunido este último mes, "perfecto" pensé, "sólo cinco meses más y podré largarme de aquí"; Comí las papas, guardé el dinero en una caja con mis ahorros de los últimos seis meses y me fui a dormir.

Mi alarma sonó a las cuatro de la mañana, me levanté y fui al baño lo más rápido posible con dos toallas en mano y mi uniforme de la escuela. No planeaba lavarme el cabello pero al mirar lo graso y sucio que estaba no me quedaba opción, ya habían pasado tres días y no podía disimularse más; me arreglé, tomé mis cosas y salí de casa.

El colegio estaba cerca y la entrada era a las ocho, pero me gusta sentarme en la plaza a observar el amanecer y tomar aire antes de comenzar el día. No hay nada más hermoso que los colores del amanecer y del atardecer, sus colores por alguna extraña razón me llenan de paz, felicidad y melancolía al mismo tiempo.

Miro la hora en mi celular y luego observo algunas fotos en él, sobre todo una en particular, donde estaban mis padres, mi hermano y yo, todos sentados en un sofá, recuerdo esas sonrisas completamente genuinas, incluso recuerdo ese día como si fuera ayer; Papá preparaba su famosa carne a la parrilla para la hora del almuerzo, Mamá preparaba el arroz y otros acompañamientos, mi hermano Pedro jugaba videojuegos en su habitación y yo ayudaba a poner la mesa para alcanzar a ver mi programa favorito antes de comer. Después se nos ocurrió tomarnos una foto, no sé porque, en verdad fue idea de papá y estuvimos esperando unos veinte minutos para que mamá se arreglara porque no quería salir mal en la foto; volvió con los dientes limpios, su cabello largo y castaño completamente cepillado, con algo de maquillaje simple y natural. Por otro lado mi hermano y yo apenas nos cepillamos los dientes; nos sentamos en el sofá y tomamos la foto.

Siempre nos dijeron que Pedro se parece más a mamá y yo a papá, supongo que es cierto, ella y mi hermano tienen el mismo color de pelo, piel morena y ojos negros, por otro lado papá y yo tenemos el cabello negro, ojos café y la piel un poco más clara. A veces intento pensar el momento exacto en el que nuestra familia se arruinó.

Las clases fueron aburridas como siempre, pero al menos puse atención, de todas formas es mi último año, luego ya veré lo que tenga que hacer con mi vida.

Al terminar la jornada fui directo a mi trabajo de medio tiempo, me cambié de ropa y comencé a trabajar. No hubo mucho que hacer y cómo la jefa estaba de buen humor me dejo ir antes, me fui de mala gana, pero con una falsa sonrisa en el rostro, no quiero volver a casa, no aún...

Comencé a caminar sin rumbo, no sé cuanto caminé ni por cuánto tiempo, pero cuando me di cuenta ya había anochecido, aún no quería volver a si que decidí seguir hasta que mis pies no puedan más. Llegué a un bosque, ni siquiera sabía que existía un bosque en este lado de la ciudad o en cualquier parte de ella. Pero estaba tan cansada que no me importaba, ni la existencia de este lugar, ni la lluvia sobre mí; simplemente quería sentarme en algún lugar y descansar, terminé acostada bajo un árbol y me dormí.

Al despertar me dolía toda la espalda, supongo que anoche estaba tan agotada que no me importó. Me levanté algo adolorida, revisé mi celular, por suerte la lluvia no lo arruinó, ninguna llamada perdida ni un solo mensaje. No es que fuera algo raro o que no me lo esperara, tal vez por miedo o por esperanza quise revisarlo, de igual forma sabía la respuesta y era un alivio, supongo. Aún era temprano, recién estaba empezando a amanecer y el bosque se veía realmente hermoso con los rayos del sol inundando poco a poco aquel oscuro lugar.

Comencé a recorrer este bosque, mirando hacia todos lados para no perderme ni un sólo detalle, luego una mariposa con los colores naranjo, amarillo, celeste y lila se posó unos instantes en mi mano. No se mucho de mariposas, pero sé que es casi imposible que exista una de tantos colores. Supuse que aún no estaba del todo despierta, después de unos segundos la mariposa voló y antes de darme cuenta ya la estaba siguiendo, no se si por curiosidad hacia ella o para comprobar si de verdad la había visto y no era producto de mi imaginación y falta de sueño.

Mientras la seguía me caí y golpee la cabeza con algo. Cuando desperté estaba dentro de un hoyo no tan profundo pero aún era bastante alto. Intenté saltar pero fue en vano.

-Bien hecho Martina- me dije a mi misma algo molesta.

Mientras pensaba cómo salir de ahí una vocecita me sacó de mis pensamientos:

-¿Necesitas ayuda?-

Miré hacia arriba, una niña de unos seis o siete años me sonreía y estiraba su mano hacia mí.

-Hola niña, ¿alguien más vino contigo?- pregunté con tono optimista

La pequeña negó con la cabeza y respondió:

-Siempre vengo sola, pero yo te puedo ayudar-

-Gracias niña, pero soy muy pesada, no creo que puedas ayudarme tú sola- respondí con un tono más suave y dulce para no ofenderla y porque los adultos siempre les hablan así a los niños, podría decir que funciona la mayoría de las veces.

La pequeña río y respondió entre risas:

-Obvio que puedo- dicho esto estiró su mano hacia mi, yo la tomé no muy convencida y acto seguido me sacó de ese hoyo en el primer intento.

La miré asombrada, ¿Cómo una niña de no más de siete años con esos bracitos tan delgados pudo sacar de un hoyo a una adolescente de diecisiete años?

-¿Sorprendida?- me miró algo divertida

-Un poco- admití.

-Supongo que no eres de aquí-

-No, al parecer no- dije mirando a mi alrededor

-Sígueme- se dio media vuelta y comenzó a caminar, no estaba muy segura de seguirla o no pero de todas formas lo hice.

En el bosqueWhere stories live. Discover now