Capítulo 11

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La mañana siguiente me dirigí al baño de inmediato, pensando que una ducha me ayudaría a despejar mi mente que estaba a mil por hora, era mucha información para procesar, muchas cosas que recordar y los recuerdos que creí olvidados ahora me invadían sin parar, como la lluvia, primero solo son unas gotas, pero luego las gotas se suman empapándome por completo. Salí de la ducha me puse una de las batas de baño y me miré en el espejo, antes solía hacerlo seguido, me miraba preguntándome si tal vez ella también lo haría, la primera vez que tuve una espinilla me miré en el espejo pensando " ¿ A ella también le habrán salido?" Cuando iba de compras con mi mamá, mientras me probaba ropa en los vestidores de la tienda, me observaba en el espejo, apreciando cada parte de mi cuerpo, cuanto había crecido y como me quedaba la ropa, de vez en cuando me la imaginaba a mi lado diciendo cosas como "wow ya creciste cinco centímetros" o " ese vestido se vería mucho mejor si fuera rosa". Luego "¿todavía le gustará el rosa?" "¿Estarás más alta que yo o estaremos del mismo porte?" Esa clase de pensamientos me invadían una y otra vez.

Salí del baño y me puse el conjunto deportivo, pensando que no había tiempo que perder y debía entrenarme lo más pronto posible, en parte porque debíamos ganar esta batalla y por otro lado me ayudaría a concentrarme aunque no podía evitarlo, los recuerdos, una vez que vuelven no te dejan en paz.

Por fin fui a desayunar, bajé las escaleras lo más lento posible, cada paso que daba hacia la cocina lo hacía con lentitud, no sabía cual sería mi reacción al ver a Marta como Sindy, no sabía como reaccionaría ella, la reina me dijo que ella supo que era yo en el instante en que salté y floté por mi cuenta en ese bosque, recuerdo su cara de asombro, pero no estaba muy segura de nada. Ahora solo la puerta enfrente de mí me separaba de la cocina, sabía que la Reina Blanca estaba ahí, podía escucharla cocinar, pero no escuché a Sindy en ningún momento, esperé unos segundos hasta que por fin tuve el valor de girar la manija de la puerta y abrirla.

Allí estaba la Reina Blanca, con su vestido esponjoso y un delantal de cocina, a estas alturas no hace falta decir de qué color era. Estaba cocinando unos panqueques, pasaron unos treinta segundos antes de que notara mi presencia, cuando lo hizo, apagó el fuego de la cocina y apartó la sartén, se dirigió hacia mí con una sonrisa compasiva y con ese tono suave y amable de siempre me dijo:

-¿ya te sientes un poco mejor?, sé que tuviste demasiadas noticias y emociones para un solo día-

-Supongo que en realidad no quería bajar temiendo que tuviera otra información para procesar- pude notar su preocupación así que sonreí- Pero estoy bien-

Ella suspiró y con una mirada de culpa y lástima respondió:

-Sé que no lo estás, ninguna persona lo estaría, debí esperar aunque sea unos días antes de decirte la verdad sobre Sindy-

-Estoy bien, enserio su majestad, bueno...no voy a negar que sigo en estado de shock, pero al menos sé que está viva...- un pensamiento horrible se me cruzó por la cabeza- por que lo está ¿verdad?-

En el bosqueWhere stories live. Discover now