Sigue tú corazón.

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C A D I E

Tenia el mosquete afirmado con fuerza, mi mandíbula estaba apretada, tenia tanta furia en mi interior  tantas ganas de dejarlo todo y desaparecer para siempre que la tierra me tragara y no sentir nunca más todo el dolor que cargaba, no podía confiar  en nadie, todos, todos son unos traidores, unos mentirosos, los odio...

Cerré mis ojos tratando de calmarme de acallar mis pensamientos pero me era difícil queris olvidarme de todo,  no tenía la voz de Erwin que me aconsejará que me de calma, que me tome del rostro y me obligue a  mirarlo y volver a tierra con su dulce voz, con sus sabias palabras.

Comencé a llorar y deje caer el mosquete mientras me dolia demasiado el pecho, quería gritar pero no quería que nadie se entere, tenia que ser firme, todos no tenían porque saberlo, me afirme el pecho con una mano y recordaba todo.

¡Quizás por eso congénitas tan bien, quizás por eso el de enamoro de ella primero! Entre mentirosos se atrajeron.

Con solo cerrar los ojos puedo recordar que cada vez que caminaban juntos riendo, cuando entrenaban juntos o el la protegía, todos los momentos que compartí con Christa, las historias narradas bajo las sabanas entre las cinco, las bromas,  las confidencias, el dibujo de Jean que le prendiamos velas antes de cada examen para que nos de suerte.

En cierta medida anhelaba volver a aquellos días, pero seria quere quedarme encerrada en la red de mentiras que me tienen en este momento sufriendo no podían creerlo todo el tiempo que dormí con una mentirosa, mientras que el otro traidor limpiaba las lagrimas que derrame por sus víctimas, el odio que sentía por ambos no dejaba de quererme hacer enloquecer, pero abrí los ojos de dolor y me volví a concentrar en ser una guardia concentrada. Hasta el cambio de guardia,  me metí en la cama hasta que sentí un peso a los pies de la misma y era mi niña patata.

—¿Sasha?— dije sentándome en la cama ella saco unos dulces de sus bolsillos.

—Se que estas mal por lo de Historia...— me entregó uno, era una barra de chocolate.

—¿De donde los sacaste?— pregunte.

—Se cuenta el milagro no el robo— ella se frustro. —¡Mierda!—

—Sasha—- comencé a reír.

—Listo ya haz reído es lo único que me importa—

—Eres un ángel—

—Eres mi mejor amiga,  no te dejare sola, te apoyare en tu sentir,  se lo difícil que todo esto es para ti— me lance a sus brazos y la apegue con fuerza a mi cuerpo.

—Te quiero mucho —

—Y yo a ti Cadie—

(...)

Hanji llego a la hora del almuerzo aun estaba algo somnolienta  así que de mala gana fuimos a la sala que estaba en la cabaña y yo me mantuve al lado de Sasha, al fin y al cabo ella  vale toda la pena del mundo, moriria por ella es una amiga excelente

-Mataron al pastor Nick- soltó apenada para comenzarnos a relatar lo que había vivido esta mañana y el como hizo ese horrible hallazgo, junto a los signos de notable tortura y el como la monarquía se estaba preocupando de nuestro actuar, todo esto transcurrió mientras cenábamos y tomábamos té.

Nifa entro de golpe al lugar anunciando tener un mensaje del comandante Erwin no se que le dijo a Levi pero este nos ordeno salir rápidamente del lugar y eliminar cualquier rastro que estuvimos ahí.

-Me preguntó que hubiera pasado si nos tardábamos un minuto más- Habló Connie preocupado mientras yo luchaba por acomodarme el rifle. -¿Como pudo el comandante saberlo?-

-El rey decreto que la actividad de la legión fuera de las murallas y dentro fuera detenida, ya se veían venir, quieren que les entreguemos a Historia y Eren vivos algo deben estar tramando iremos a Trost-

-¿Por que a Trost?

-Es más facíl escondernos en el caos de Trost ademas podemos usar el equipo- explico de manera serena.

-Tienes razón- 

-Además no saber quien nos atacará es negativo, tenemos que comprobar quienes son, Hanji préstame a tus hombres-

-Claro, iré a Trost a notificarle a Erwin, Moblit iras conmigo, los demás estan bajo las ordenes de Levi- ella tomo su caballo y se alejo de nosotros.

Nuevamente tendría que ir a otro paradero sin rumbo...

Y me sentía tan perdida sin Erwin y alejarme más de él me estaba destruyendo más,  el sabría donde estoy...