⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】

Capítulo VIII ❝El festival navideño❞

Desde que era pequeño, Uenoyama evitaba pensar en las cosas que lo lastimaban. Era del tipo de persona que si podía evitar un conflicto, lo hacía. Su estrategia solía ser concentrarse en las cosas que lo hacían feliz, siempre que afrontaba un problema lo reemplazaba con pensamientos de algo que le gustara. La mayor parte de las veces enfocaba toda su energía en un nuevo proyecto o en aprender algo nuevo. Así fue como terminó cosechando distintos tipos de hobbies y talentos. 

¿Le costaba hacer amigos? No pensaría en eso, en su lugar concentraría toda su energía en ser el mejor de la clase.

¿Sus padres no le prestaban atención? No pensaría en eso, en su lugar se distraería con un nuevo pasatiempo como aprender a tocar la guitarra que le habían regalado para su cumpleaños

Sin darse cuenta había conservado ese aspecto de su personalidad incluso en su vida adulta. Tal vez eso explicaría porque en lugar de estar preocupado por la presión de sus padres con el compromiso estaba pensando en que pronto sería navidad y quería regalarle algo a Mafuyu.

El festival navideño sería al día siguiente. En esos momentos se encontraba caminando a la habitación de Mafuyu para su ultimo ensayo. Habían muchas cosas que deberían preocuparle, como el tener que enfrentarse a su familia en tan solo unos días, pero lo único en lo que su mente podía enfocarse era en Mafuyu.

"¿Sería extraño regalarle algo?", se preguntaba. Después de todo nunca antes lo había hecho con ningún paciente. Ni siquiera solía darle regalos a Akihiko o Haruki a pesar de ser sus mejores amigos. Definitivamente sería raro.

Pero quería hacerlo, y cuando se le metía una idea a la cabeza era más fácil cortarle la cabeza que hacer que se deshiciera de la idea. 

— Buenas noches, Mafuyu. ¿Nervioso? —  preguntó con una sonrisa ladina, pues era más que evidente que lo estaba —  Yo también lo estoy, así que está bien si lo estás

 — ¿Qué haces cuando estás nervioso para dejar de estarlo? — preguntó, mirándolo a los ojos y Uenoyama desvió la mirada en el instante. Si tan solo Mafuyu supiera que su presencia lo ponía nervioso todos los días y luchaba a diario para controlarlo — Si dices el típico consejo de imaginar al publico en ropa interior, me enojaré

Uenoyama casi se atraganta con aquella oración, pues si utilizara esa táctica con Mafuyu definitivamente no funcionaría y al contrario, tendría el efecto opuesto. No, no podía permitirse imaginar a Mafuyu en ropa interior en aquel momento.

— Creo que no tengo una estrategia para eso — respondió honesto —  Es inevitable el sentirse nervioso, pero lo que si puedes controlar es si dejas que los nervios te dominen o no. Si te sientes nervioso mañana, solo imagina que estamos tú y yo solos en tu habitación ensayando como justo ahora

Mafuyu se quedó un par de segundos en silencio, analizando aquel consejo, pues en realidad le había resultado útil.  

— Gracias, Uenoyama-kun —  dijo, bajito

— ¿De que manera solías lidiar con los nervios antes? — preguntó, curioso

— Nunca he sido bueno lidiando con ellos —  admitió —  Pero cuando era niño tenía a Tama, y siempre que me sentía triste o nervioso lo abrazaba y eso me ayudaba 

— ¿Tenías un gatito de niño?

— Tama era un perrito, era una pequeña bola blanca y esponjosa

— ¿Le pusiste Tama a un perrito? —  preguntó, divertido ante la idea

— Si —  le sacó la lengua — Era un hermoso Pomerania blanco. Lo tuve por 9 años —  ¿Tú tuviste mascotas de niño?