⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】

Capítulo XXII ❝ Corazón ❞ 🔞

┊❥˘͈ᵕ˘͈ Holaaaa! Sigo viva. Este capítulo es todo felicidad y amor...¡Espero que lo disfruten! Como nota antes de iniciar a leer: En este capítulo me animé a incluir diálogos un poquito más atrevidos que en las escenas de lemon anteriores. Si a alguien le incomoda leer ese tipo de escenas pueden saltarse el lemon (está al final del capítulo). Sin más que decir, espero que les guste. Nos vemos abajo en las notas finales

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6 semanas

Marzo terminó en un abrir y cerrar de ojos. Uenoyama continuaba sin comprender la misteriosa manera en la que el tiempo funcionaba, pero se había dado por vencido intentando entenderlo.

Mafuyu estaba entrando a la sexta semana de gestación, y el inicio de su segundo mes de embarazo había marcado más cambios. Por suerte, las odiosas nauseas terminaron junto con el primer mes, dando paso a sus interminables - y extraños- antojos. No es que no hubiese tenido antojos antes, pero desde que inició el segundo mes sus antojos se habían descontrolado. Lo que lo llevaba a ese preciso momento. Despierto a la 1:47 AM de un caluroso martes.

— Uenoyama-kun, despierta 

Uenoyama sintió las manos de Mafuyu sacudiéndolo suavemente. Se dio la media vuelta y se frotó los ojos, mientras bostezaba.

— Mmh...— se quejó por lo bajo — ¿Qué es esta vez, Mafuyu? — preguntó, con los ojos cerrados, intentando disfrutar del poco tiempo que le quedaba en cama

— ¿Cómo sabías que iba a pedirte algo? — preguntó Mafuyu, indignado — Tal vez tuve una pesadilla

— ¿Tuviste una pesadilla? — preguntó, divertido, abriendo un ojo para disfrutar de la reacción de Mafuyu. Mafuyu infló los cachetes molesto y negó dos veces con la cabeza.Uenoyama se rió suavecito — ¿Entonces qué es lo que deseas?

— Ya nada, olvídalo. Vuelve a dormir — Mafuyu hizo un puchero y se enterró bajo la sabana. Uenoyama no entendía como podía taparse con el calor que había. Mafuyu era alguna clase de radiador, siempre cálido. Ni siquiera quería encender el aire acondicionado porque la temperatura ambiente le parecía perfecta, mientras Uenoyama sufría los inmensos bochornos típicos de primavera.

Uenoyama en realidad disfrutaba aquellos pequeños berrinches por parte de Mafuyu. Las expresiones que hacía le parecían adorables y lo llevaban a querer molestarlo un poco más, pero no lo haría. Mafuyu estaba pasando por un proceso precioso y milagroso, y en su vientre cargaba vida. Su cuerpo experimentaba cambios físicos y hormonales con cada día que pasaba. ¿Qué era cumplir unos cuantos antojos comparado con lo que Mafuyu estaba haciendo? 

Se sentía como en esos proyectos de grupo donde una persona hacía todo el trabajo y al final simplemente agregaba el nombre de su compañero. Su participación en la creación de maní había acabado en un instante, después de una intensa noche de placer, y Mafuyu estaba haciendo absolutamente todo lo demás -la parte complicada, para ser preciso-. Todo para que cuando aquel precioso bebé naciera simplemente llevara el nombre de Uenoyama. Parecía casi injusto. Quería darle el mundo a Mafuyu en la mano.

Uenoyama abrazó a Mafuyu sobre la sabana y buscó sus costillas para hacerle cosquillas. Mafuyu se removió como renacuajo debajo de la sabana, sin poder controlar su risa -las costillas eran su punto débil- 

— JAJAJAJA ¡BASTA! JAJAJA...¡UENOYAMA-KUN! — se retorcía de la risa

— ¡No hasta que me digas!