⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】

Capítulo XXV ❝Enlace❞ 🔞

(๑˃ᴗ˂)ﻭ Holaaa! Quiero advertir que este capítulo es puro fluff y hot moments y...me ha quedado LARGO (13k palabras). Originalmente este capítulo iba a abarcar dos meses, pero ya estaba quedando muy largo, entonces me limité al mes de Julio. ¡Nos vemos en las notas finales!

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JULIO

(18 semanas)

— ¿Sabías que maní acaba de desarrollar sus oídos? — dijo repentinamente Mafuyu, sin despegar los ojos del enorme libro de maternidad que leía. Regalo de la abuela de Uenoyama

Era la primera semana de Julio y Mafuyu estaba entrando a su quinto mes de embarazo. Uenoyama y Mafuyu estaban acurrucados en el sillón de la sala. Mafuyu estaba recostado entre las piernas de Uenoyama y recargado en su pecho. Uenoyama jugaba con el cabello de Mafuyu desde atrás, demasiado distraído mirando a hacía abajo -a Mafuyu- como para concentrarse en la película que se supone estaba viendo.

— ¿Si? — respondió Uenoyama, distraído. Desde ese ángulo las pestañas de Mafuyu se veían enormes. Era una lastima que no pudiera ver su cara de frente. Lo que si pudo ver fue la página del libro donde Mafuyu estaba leyendo aquella información.

Mafuyu se medio volteó, para poder encontrar sus ojos ámbar con los de Uenoyama.

— Si, mira — dijo Mafuyu, señalando el libro — Aquí dice que los oídos del bebé comienzan a desarrollarse en el quinto mes

Uenoyama le sonrió y revolvió el cabello de Mafuyu en un gesto juguetón y cariñoso. Mafuyu cerró los ojos al contacto y Uenoyama sintió como si estuviese viendo un gatito frente a él. A Mafuyu solo le faltaba ronronear ante su caricia para terminar de parecer un precioso gatito.

— Aquí también dice que es bueno que le hablemos al bebé, para que comience a acostumbrarse a nuestras voces — repitió Mafuyu, casi como si lo estuviera recitando de memoria del libro. Uenoyama colocó sus manos en la pancita de Mafuyu y acarició. Mafuyu se sonrojó levemente y volvió a recostarse sobre el pecho de Uenoyama, dándole la espalda

— Bien — dijo Uenoyama. Por la posición en la que estaban, sus labios quedaron rozando el oído de Mafuyu. Uenoyama aprovechó y le dio un tierno beso en la oreja, causando que Mafuyu se estremeciera debajo de él — Tal vez deberíamos comenzar a pensar en un nombre para referirnos a él por su nombre desde ahora — sugirió — ¿Qué pasa si piensa que de verdad se llama maní?

Mafuyu soltó una suave carcajada, imaginándose la idea de llamar a su hijo de aquella tierna manera. Tal vez era porque se había acostumbrado bastante al apodo, pero no le sonó tan mal como le debería haber sonado.

—¿Tienes alguna idea? — preguntó Mafuyu. Sus dedos ya estaban jugando con las manos de Uenoyama, que no habían abandonado la pancita de Mafuyu

Mafuyu sintió su espalda vibrar ante el suave "mmm" que salía del amplio pecho de Uenoyama. A Mafuyu le encantaba lo serio que se ponía Uenoyama cuando pensaba en algo a profundidad.

— No por ahora — confesó Uenoyama después de unos segundos — ¿Tú?

— Tengo que pensarlo seriamente — respondió Mafuyu — Tu abuela también me regaló un libro de "Los 100 mejores nombres de niños" — se rió suavecito, recordando el libro guardado entre su ropa

Uenoyama iba a decir algo, pero la televisión hizo un sonido estrepitoso, causando que ambos voltearan al frente. Casi habían olvidado que estaban viendo una película. En la pantalla se veía a un pequeño niño rubio abriendo la escotilla del ático -dejando caer un cuerpo colgado- y riendo demoniacamente con un cuchillo en la mano. Mafuyu sintió un escalofrío recorriendo su columna. Nunca había sido fan de las películas de terror, pero a Uenoyama le encantaban y de alguna manera había convencido a Mafuyu de ver el jodido Cementerio de mascotas con él.