* Capítulo 10 *

5.8K 308 2
                                    

* James *

Ayer fue una noche increíble. Sentí una gran conexión entre nosotros, como si nos conociéramos desde antes.
Solo que no creí que fuera pura, después de lo que me hizo. Creí que era igual o peor que Francesca, pero estuve muy equivocado. Aunque me gustó estar dentro de Bianca, eso no significa que la amo, prefiero solo divertirme, que abrir otra vez mi corazón.

Es linda cuando duerme y no me desafía. No se por qué, pero no me gustó verla con alguien mas.

- Mi niña, el desyuno esta servido- dice Norma mientras se sorprende y sonríe de vernos juntos después de haber tocado la puerta.
- Buenos días, nana- digo muy alegre para después saludarme y salirse de la habitación.

Bueno es hora de trabajar.

* Bia *

Los rayos del sol, me despertaron y mis mejillas calientes me hicieron recordar lo que pasó anoche.
Fue mágico y agradable sentirlo dentro de mí.
No verlo a mi lado, me hace sentirme vacía, pero su olor en la almohada me reconforta.

- Uhm..., qué rico huele, Norma- digo entrando a la cocina.
- Mi niña, despertaste. Eres tan dormilona que me sorprende que mi niño se haya quedado dormido- dice alegre.
- ¿De verdad se quedó dormido?- pregunto emocionada.
- Sí, mi niña. Eres la primera en levantar tarde a James- dice mientras me da un jugo y acaricia mi cabeza.

Estoy feliz de ser la primera en ayudarle a romper algunas reglas.

* En la empresa *

Tuve la brillante idea de llevar el almuerzo a James, ya que Norma me había dicho que solo almuerza cuando se acuerda. Y pues hoy para reforzar nuestro matrimonio, he decidido que almorzaremos juntos.

- Disculpe, ¿podría llamar al presidente?- pregunto por James mientras la secretaria me mira de pies a cabeza.
- Sí, ¿y usted es?- dice rodando sus ojos.
- Soy su esposa- respondo amablemente mientras me contengo de darle una buena paliza.
- Y yo soy su amante- dice burlándose para después darle una buena cachetada mientras se acerca para golpearme.
- ¿Qué sucede aquí?- la voz de un hombre detiene la casi pelea.
- Sr. Robert, buenas tardes- dice la secretaria con voz fingida mientras miro a aquel hombre bien vestido, que parece verlo visto antes.
- ¡Oh!, tu eres mi cuñada. Hola no nos presentaron, pero estuve en la boda. Soy Robert Cox, el primo de James- dice mientras sostiene mi mano y asiento con la cabeza en señal de saludo.
- ¿Qué sucede?- pregunta mirando a la secretaria mientras yo cruzo mis brazos.
- Se..señora Cox, perdone mis malos modales. Por favor, no me despida- dice la secretaria mientras agacha su cabeza y sostiene mis manos.
- Bien, solo espero que trates bien a todas las personas sin necesidad de que sean "importantes"- digo mientras una sonrisa de agradecimiento se posa en su rostro.
- ¡Muchas gracias, señora!- dice para después despedirse y continuar con su trabajo.
- Sí que sabes como tratar a tus empleados- dice mientras me mira.
- Solo trato de hacer lo correcto- digo para después sentarnos en el sillón.
- Veo que consientes a mi primo. Lo amas, ¿verdad?- pregunta.
- Yo...- solo puedo pronunciar una sílaba.
- Lo sabía, sí lo amas. Me alegro que seas tú quien se casó con mi primo y no la astuta de tu prima- dice para después suspirar mientras comprendo el por qué de su suspiro.
- ¿Pasó algo entre ustedes?- pregunto para después verlo asentir.
- Cuando eramos niños nos llevábamos tan bien hasta parecíamos hermanos. Cuando entramos a la secundaria empezó a alejarse de mí, ya que era muy responsable y a mí solo me gustaba cortejar. También recuerdo que todas las chicas lo perseguían y yo solo trataba de hablar con aquellas ellas para que no guarden ningún remordimiento, ya que en ese tiempo su forma de tratar a las chicas no era tan buena. Luego se reencontró con la chica de su infancia y se dedicó a darlo todo por ella, pero creí que era en vano, ya que Francesca tenía una mala reputación. Entonces decidí tenderle una trampa para que James vea como lo engaña, pero creo que se dio cuenta de lo que tramaba y me drogó. Para cuando James llegó me encontró manoseandola mientras ella lloraba y le pedía ayuda. Bueno se puede decir que por su culpa James me odia- relata mientras lágrimas caen por mi rostro.
- Debiste sentirte solo todos estos años- digo limpiando mis lágrimas para después verlo asentir.
- Eres una buena chica, me agradas- dice mientras sonrío y sostiene mis manos para después darnos un abrazo como símbolo de amistad.

DUELE AMAR, MI CEOWhere stories live. Discover now