Título 14

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Me quedé mudo, sin poder pronunciar una sola palabra. Ella solo respondió diciendo "Mañana a las 10, tú y yo, en el Caffe Nero" y sin añadir más, me colgó. Sonó decepcionada, quizás así lo percibí yo y lo entiendo. Y es mi culpa, me siento ahora terrible por mentirle a mi propia familia. Yo de verdad no quería que supieran de Connie desde el principio, porque todo esto es sinceramente una locura.

Por lo que en la mañana, yo me encontraba ahí esperándola en una mesa. Escuché a alguien entrar al lugar debido a que el campaneo de la puerta se hizo presente. Alcé la vista y la vi ahí. Ella me miró de inmediato, soltó un suspiro, y se acercó a mí.

—Hola —murmuró, tomando asiento.

—Hola —igual murmuré.

El mesero llegó y Gemma pidió su taza de café. Cuando él se marchó por su pedido, un pequeño silencio se hizo presente.

—¿Por qué? —de pronto soltó. Solo me miraba con una expresión seria.

—Es un trato que hicimos. O bien, yo se lo pedí —miré mi bebida que de seguro ahora estaba fría. No le había dado ni un sorbo.

El mesero le entregó a mi hermana su taza de café y después se marchó.

—Pero los vi juntos, parecía tan real —negó su cabeza y luego volvió a mirar directo mis ojos— Pero ahora sé que fingen. ¿Por qué Harry? Tú ya tienes talento, nunca necesitaste hacer tal cosa en toda tu carrera profesional.

—Me quedé sin inspiración, es eso —solté.

—¿Pero por qué ese tipo de trato tan raro? ¿O es una excusa para enrollarte con esa chica? —frunció sus cejas.

—¡No! Gemma, yo no me involucro así. Jamás utilizaría a una chica solo para acostarme con ella —dije muy serio.

—¿Pero...?

—Escribiré una novela bastante dura. Una historia hiriente, una novela de sufrimiento emocional. No tenía inspiración para redactar algo así y de verdad necesitaba hacer ese libro por lo que se me ocurrió esa idea y le pedí ayuda a Connie —fui honesto.

Ella seguía sin comprenderlo. Y lo sabía, carajo. Siempre supe que esa clase de locura no iba conmigo. Como escritor, yo no necesitaba hacer esto, pero es real que a veces las ideas no fluyen. Y si decidí hacerlo, es porque entré en crisis. Todos esperan mi cuarto libro. Así que necesito emociones reales, no fingidas, porque de ser así no tendría el mismo impacto.

—¿Y cómo es que ella aceptó? ¿de dónde la conociste? —Gemma tenía miles de dudas.

—Es la recepcionista de la editorial donde trabajo.

—¡Oh Dios, Harry! —negó— Es increíble. Te amo, eres mi hermanito, pero es una locura como tú dices.

—Lamento decepcionarte —apreté mis labios.

—Sí, lo hiciste —hizo una leve pausa— Y me sorprende de ti. Nos engañaste a la mayoría. Mamá no debería enterarse o estaría peor que yo.

Casi se enteraba, por suerte no sucedió.

—Mamá no tenía que haber conocido a Connie en primer lugar. De hecho, nadie de la familia. Era secreto, porque no quería que mi propia familia me juzgara...—bufé—, pero mamá nos vio y supuso que teníamos algo real. Y ahora espera que funcione cuando no será así —agaché la cabeza, muy estresado.

—Te notamos feliz con ella, es eso. Pero jamás creí que fuese una farsa —bebió de su taza— Todo parecía tan real.

La vi, y tragué saliva algo tensionado por lo que iba a decirle.

Rómpeme el Corazón | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora