Título 28

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No se va a casar. Connie no se va a casar. Mis manos tiemblan con la nota y no sé qué hacer. Esto es sin duda un mensaje claro, me ha mandado la señal. Ella ha decidido ser valiente y huir de esa miseria, todo por sí misma. Por Dios, estoy tan asombrado pero orgulloso de ese acto. Se encontraba en Chicago, allá en Estados Unidos, en el otro lado del mundo. Un par de lágrimas de asombro salen de mis ojos y saco mi mi celular para llamarle. 

Número cancelado. Dice la operadora. Tiene sentido, ella ha borrado cada rastro para que no la ubiquen.

Salgo corriendo de mi hogar con la nota y me dirijo hacia el departamento de Niall. Toqué desesperado y él me abre. Me mira confuso pero le muestro la nota de papel, casi restregándosela por la cara.

—¿Qué diablos significa? —termina de leer.

—Lee las letras en mayúscula. Dice "estoy en Chicago" —tomé la nota.

—¿Lo que significa que...? —me hizo continuar porque estaba confundido.

—Connie no se va a casar. Faltaba una maldita semana para su boda pero ha decidido huir. Y necesito que me ayudes, por lo que te ruego que mantengas el secreto —le advertí.

—¿Planeas irte a Chicago? —abrió sus ojos.

—¿Qué más haría? —respondí obvio.

—Pero... pero... ¿para siempre? Harry, debes de pensarlo mejor —trató de hacerme entender.

—Ese es el problema, no debo de perder el tiempo pensando —negué, y como estaba afuera de su edificio, salí casi trotando hacia la calle como un loco.

Estaba en la calle Old Queen, caminé un poco más hasta llegar a la estación Westminster. Salí de ese vagón y frente a mí estaba el Big Ben. Amaba Londres, pero sin duda el hogar es donde el corazón está. 

Estamos en otoño, las lluvias y los días grises en Inglaterra nunca desaparecen durante todo el año pero parece que hoy es un día soleado. En eso, me llama Niall por celular.

—¿En dónde estás? —es lo primero que me pregunta.

—No importa eso ahora, Niall —miré el enorme reloj frente a mí.

—Perdón por haber actuado así, pero no quiero tener lejos a mi mejor amigo —suspiró— Aún sigo creyendo que deberías pensarlo mejor, pero también quiero que vayas, pues sé que así serías feliz. Créeme, te he notado triste estos meses y cuando viniste hoy a mi departamento... vi esa sonrisa que juré haber visto morir hace tiempo.

Yo sonreí al oírlo.

—No vas a perderme, Niall. Nadie lo hará.

—¿Seguro?

—Idiota, ¿existen los vuelos, no? Los visitaría siempre. Al igual que las videollamadas, no te preocupes por eso —reí junto con él.

—Eres un hijo de puta —aún ríe pero se detiene— ¿Pero qué hay de la editorial en donde trabajas? 

—Me tomaré un descanso como escritor, supongo. Quizás renuncie, todos piensan que soy un escritor frustrado sin ideas en la editorial en donde estoy —hice una mueca.

—¿Es lo que harás? 

—Sobre la editorial, sí. El descanso, quizás. Tal vez me busque otra editorial en donde trabajar en Estados Unidos —miré la ciudad y los turistas que venían a tomarse fotos junto al Big Ben.

—Te lo volveré a decir, eres un gran idiota. Te voy a extrañar, amigo —hizo un falso lloriqueo.

—Hablaré después contigo —reí y colgué la llamada.

Rómpeme el Corazón | Harry StylesWhere stories live. Discover now