Título 26

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Miré a Connie, ella estaba a mi lado, también despierta. Ambos estábamos en mi cama, mi sábana cubría nuestros cuerpos desnudos. Ella sintió mi mirada y giró su cabeza para verme. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios cuando nuestros ojos se topan. 

—No quiero que se acabe esta noche —admitió.

—No tendría por qué terminarse.

Me acerqué más a ella para besarle. La sábana había descubierto mi cuerpo, ahora estaba encima de ella. Mientras probaba sus labios, aparté la fina tela de su cuerpo para hacerla mía una vez más. Ella suspiró en mis labios, y yo me aparté para dejar besos húmedos en su cuello que olía al perfume que tanto me gustaba de ella. Apartó un poco su cabello para que yo tuviese mejor acceso, por lo que sonreí y comencé a bajar con mis labios hasta su pecho.

—Voy a hacerte el amor de nuevo—susurré en su piel, sintiendo el calor envolvernos— Tan lento, tan placentero, me sentirás completo...—toqué su espalda con mis manos, ella se arqueó por mí— Mierda, nada más seremos tú y yo —besé su mejilla, hasta sentir su humedad cuando mis dedos bajaron— ¿Estás mojada por mí? —hice círculos sobre su clítoris, ella jadeó. Sabía que seguía sensible por la ronda anterior— Dime, amor. ¿Lo estás solo para mí? 

—S-sí, solo tú me haces sentir así —abrió sus ojos. 

Mi corazón latía muy rápido cuando la tenía conmigo. Había extrañado tenerla de esta forma también, pues solo con ella me sentía amado. Sin embargo, también buscaba hacerla sentir de esa manera.

Busqué otro preservativo, pues volvería a hacerle el amor una vez más esta noche. Ella dejó salir un suave gemido cuando me sintió. Yo traté de no cerrar mis ojos, puesto a que quería verla conmigo dentro de ella. Y al parecer, ella también hacía un esfuerzo para no cerrarlos. Mientras me movía, tomé con mis manos sus caderas para formar un ritmo lento y placentero. Santo cielo, estaba demasiado duro y solo bastó con unos húmedos besos para que me pusiera así. Connie puso sus brazos alrededor de mi cuello, como yo ya estaba inclinado hacia su cuerpo, aproveché para besarla. Nuestros jadeos quedaban sellados en nuestras bocas que estaban unidas.

—Te adoro Connie, mucho más de lo que creí —murmuré para luego soltar un jadeo.

—Harry —gimoteó en un suspiro.

—Te siento tan cálida a mi alrededor...—comencé a ir más rápido, moviendo mis caderas— Maldición, te amo demasiado —no me importó recordárselo, así me sentía siempre a su lado.

Mis manos recorrieron su cintura, para luego subir y acariciar su pecho. Cerré mis ojos cuando la sentí tambalearse debajo de mi cuerpo. Busco de nuevo sus labios, sintiendo en mi cuerpo miles de sensaciones increíbles.

—Me voy a correr, Harry. Lo siento venir, estoy cerca...—mordió su labio.

—También me voy a venir —me incliné a sus labios— Venga, amor —tomé su mano, para así darle un apretón— Me voy a venir demasiado fuerte en tu interior... lo estoy sintiendo cerca.

Me aferro a su cuerpo al sentirlo, siento sus caderas y su cuerpo entero sacudirse debajo del mío. Ambos soltamos un jadeo al unísono, y con cuidado, me recuesto sobre ella aún sin salir de su interior. Dejé mis labios presionados en su frente, cerrando mis ojos al escucharla suspirar bajo mi cuerpo.

Para eso de las 11:43 de la noche, Connie estaba en mi baño cambiándose. Yo igual me había vuelto a poner mi ropa, así que entré al baño, pues la puerta estaba abierta, y la vi peinándose su larga cabellera con sus dedos. Ella me miró por el espejo y me sonrió un poco.

—¿Por qué no te quedas conmigo? —murmuré, algo temeroso por su respuesta.

Iba a responderme cuando alguien toca la puerta de entrada de una forma no muy discreta. Algo confundido, fui hacia allá para ver de quién se trataba. Connie fue detrás de mí, igual lucía extrañada por ese acto. Al abrirla, nuestros ojos se abren.

Rómpeme el Corazón | Harry StylesWhere stories live. Discover now