Título 19

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El epílogo estaba casi listo. Durante estos últimos días he estado re-editando la historia para que quede perfecta. Leí algunas frases de mi escritura y suspiré con algo de tristeza al leerlas.

Nuestros corazones son iguales, pueden resultar inciertos. No queremos sentir dolor, pero si es dolor lo que tememos, ten en cuenta que nadie se salva del dolor.

Estos días he ido a la empresa para seguir ideando la portada de mi libro, y Aria está haciendo un excelente trabajo como siempre con su avance. A este libro nada más le falta enviarlo para que pase por el proceso de edición e imprenta y queda prácticamente listo. Bueno, agregando unos cuantos pasos más, pero ya puedo casi verlo en las estanterías de las librerías. Falta muy poco, y me doy cuenta que jamás había escrito un libro tan rápido como este. Y es que me sorprendo, ¿todo esto en casi un mes y medio? Es una locura, pero recuerdo todas esas desveladas y noches que casi no dormí para seguir escribiendo esta historia. Mis dedos se acalambraron miles de veces pero nunca me detuve.

A causa de una mirada, a causa de un dolor, a mí me gustaría decirte "te amo" y también me encantaría decirte "ven", pero no es posible estar seguro del bien o del mal que podríamos causarnos. Así que por todo eso, mejor no digo nada.

Releí con dolor en mi corazón.

Aquellas visitas que hago a la editorial, que son constantes hoy en día por mi libro a lanzarse, he evitado a Connie con la mirada. Solo entro, pero me obligo a no verla.

Miré que en mi escritorio estaba la carta que me hizo Connie escribir en donde me pidió que escribiera las razones del por qué me gustaba estar con ella. Sonreí con pena, y pienso que quizás sí valió la pena el dolor.

Ahora me encontraba con Aria en un café. Tomamos como excusa un descanso para "refrescar ideas". Así que salimos de la editorial y fuimos a una cafetería para charlar. Y por lo que veo, esto se siente como una cita. No sé qué está pasando entre nosotros, pero algo está sucediendo.

—El día está soleado, me encanta —dijo Aria y luego sonrió feliz— Por eso Julio es mi mes preferido del año. 

—Sí, los pocos días calurosos de Londres son los mejores —reí un poco— Pero apuesto a que la semana que viene llueve.

—Pues hay que aprovechar estos días, ¿no? Me gusta salir contigo —puso su mano sobre la mía. Yo miré ese acto, y después sus ojos. Sonreí cuando noté esa sonrisa suya en sus labios.

—A mí igual —murmuré.

Aria se acercó a mí y besó mi mejilla por unos segundos, hasta dejar un pequeño beso en la comisura de mis labios.

Cuando vuelvo a mi departamento, me dedico a volver a leer todo de nuevo para corregir alguna que otra cosilla mínima. Sin embargo, siento que todo está impecable. Ana me pide una copia para la edición y yo me encargo de descargar mi escrito para enviárselo por correo.

Mi madre me llama por el móvil, así que le respondo.

—¡Hey! Te llamé hace rato como tres veces y no contestaste —me reclama tan pronto en cuanto la atiendo.

—Perdón, estaba en el café con Aria...—se me escapa ese detalle y me callé de pronto. Apreté mis ojos, sintiéndome tonto. Mi mamá se quedó en silencio por unos segundos.

—¿Estabas en un cita? ¡Me parece genial, cariño! —celebró y yo bufé— Deberías traerla a la cena de mañana que organicé.

¿Qué nunca se cansaba de esas cenas?

—Mamá, Aria no es mi novia, eso sí te aclaro. Solo salimos hoy para charlar, nada más. Ella es mi diseñadora gráfica, está diseñando mi portada —aclaré con honestidad.

Rómpeme el Corazón | Harry StylesWhere stories live. Discover now