Cassy West• ©

CAPÍTULO 8: PROBLEMAS.

CASSY-

La expresión de horror en mi rostro no tenía explicación, frunci el ceño intentando asimilar lo que había hecho solo por estar aburrida. En estos momentos creo que cometí un grave error, uno muy grande.

Deje las tijeras sobre un mueble saliendo del baño, dejando el espejo atrás. Ahora, ya no era rubia, en cambio llevaba el cabello color violeta, y si no eso no era poco, también decidí hacerme flequillo.

— Ay, cassy.— Me auto-regañe dejándome caer en la cama con frustración, pero antes que pudiera cerrar los ojos escuche el timbre sonar.

Entre maldiciones me levante de la cama yendo a abrir la puerta, encontrándome a la única persona que conocía en tokio hasta el momento, sean. Y bueno, había alguien más pero no lo conocía.

— Dios! Cassy— La expresión de asombro en su rostro era impresionante acompañando la expresión con una sonrisa.— ¿Qué te hiciste? Te queda genial.— Apoyo sus manos en mis hombros samarrandome con emoción.

— Ya, ya.— Lo frene quitando sus manos de mis hombros con una sonrisa fingida.— ¿Qué haces aquí?— Pregunte.

—Vamos a las carreras de drifts que ahí por aquí, pensé que te gustaria acompañarnos o preferies quedarte aquí?

Lo pense por un momento, y termine asintiendo agarrando mis llaves y una chaqueta por precaución.

— Primera vez que se te ocurre una buena idea, ¿En qué vamos?— Pregunte dandome la vuelta para encontrarme con ambos chicos que estaban apoyados contra un auto verde, literalmente estaba vinilado como hulk.

— Ni una sola palabra.— Sentencio Sean antes de abrir la puerta del auto dejandome subir a él.

Subi al mismo del lado del acompañante, sean manejaba y él que supongo era el dueño del auto iba en la parte trasera.

— Soy twinkie! — Se presento asomando su cara entre los asientos.

— Cassy..

Luego de unos veinte minutos de viaje, nos adentramos en un estacionamiento lleno de autos lujosos, musica y alcohol.

— Bueno, iré a ver que tal.— Avise mirando a ambos jóvenes.— No te metas en problemas, sean. Por favor.— Pedí antes de comenzar a alejarme.

— Turista!— Gritaron unas chicas japonesas que estaban junto a un auto blanco.— Ven— Me llamaron.

Me acerque con una sonrisa.— Soy cassy.