Elizabeth (Beth) Black-Williams hija de Sirius Black y Aurora Williams ha vivido toda su vida con su Padrino Severus Snape que la ha cuidado bajo petición de su madre al morir.
Beth vivió sus once años en paz y tranquilidad rodeada tanto de magia...
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Tras subir a la sala común después de la cena, los cuatro se sentaron apartados de todos, igual no era difícil; ninguno de los alumnos de Gryffindor les dirigía la palabra, todavía estaban molestos con Harry y Beth por perder esos puntos.
Hermione revisaba sus apuntes, confiando en encontrar alguno de los encantamientos que deberían conjurar, Beth a su lado miraba por sobre su hombro comiendo chocolate, Harry y Ron no hablaban mucho pero fingían tener una partida de ajedrez mágico.
Los gemelos levantaron la voz para hablar con Beth que se dirigió hacia ellos, le estaban contando de una broma que había echo esa tarde sacando risas de la pequeña, Harry la miro al escuchar su risa sonriendo el igual.
— Una foto dura más.
— ¿Que? —Harry se giró confundido hacia Hermione.
— Nada, vas a perder —Hermione guardó su sonrisa mirando el tablero.
Poco a poco, la sala se fue vaciando y Beth volvió a su lado cuando todos se fueron acostar, Harry se levantó mientras Beth soltaba un bostezo.
— Será mejor que vaya a buscar la capa.
— Es mejor que nos pongamos la capa aquí, y nos aseguremos que nos cubra a los cuatro. . . si Filch descubre a uno de nuestros pies andando solo por ahí.
— No te preocupes por Filch, si lo que me dijeron Fred y George es cierto, dormirá como bebé toda la noche, además . . .
— ¿Que van a hacer? — Una voz del rincón se elevó, haciendo que Beth casi gritara si no fuera por que Hermione tapó su boca. Neville se asomó por uno de los sillones sujetando a su sapo Trevor, al que habían frustrado otro intento a su libertad.
— Nada, Neville, nada —Harry escondió la capa detrás de él pasándosela a Beth.
— Van a salir de nuevo — Dijo mirando sus rostros.
— Claro que no, no haremos nada —Hermione lo trató de tranquilizar —. ¿Por que no te vas a dormir Neville?
Harry miró la hora en el reloj de pie que estaba a un costado del hueco de la puerta, no podían perder más tiempo.
— No puede irse —Neville insistió—. Los volverán a atrapar, Gryffindor tendrá más problemas.
— Tú no lo entiendes —Tercio Harry, cada vez más desesperado—, esto es importante.
— ¡No dejare que lo hagan! — Exclamó corriendo hacia el retrato estirando sus manos como si pudiera abarcar todo el hueco—. Yo. . . ¡Pelearé con ustedes!
— Neville por favor, esto es enserio importante. —Hermione trató de hacerlo entender.
— Bueno si a esas vamos, bien voy primero. —Beth ya se estaba sujetando el cabello caminando hacia el, Hermione la sostuvo de la camiseta.
