Tears scarf

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Ambos llegaron a su destino después de una hora de viaje.

Ya no estaban en la ciudad, era más bien el campo. Jungwon pensó que bromeaban cuando dijeron que tenían una casa así, creyó que solo estaban exagerando. Las casas no estaban a kilómetros de distancia pero si había cierto espacio de división. Todo era más oscuro que de costumbre pero eso no era un problema, al menos no por ahora que estaba despierto.

Sus padres bajaron las maletas y el resto de pertenencias del menor; en la entrada estaban las cajas de la mudanza. La vivienda era relativamente grande y más para dos personas, al menos tendría mucho espacio.

Jay analizó el terreno, había ciertas cosas que cambiar, los cuchillos estaban al alcance de cualquier persona que entrara a la cocina, luego estaban los espejos decorativos de las escaleras al segundo piso, debía vigilar bien las barandillas del segundo, parecían un poco peligrosas y sobretodo tentadoras para cualquier persona que quisiera lanzarse.

Jungwon se sentó en el primer sillón que vio, agarró una almohada y la abrazó con fuerza.

Iniciaría una nueva vida aquí, no estaba seguro de cuántos meses duraría, pero de lo que si podía asegurarse era que iba a ser difícil y doloroso.

Había enfrentado a sus demonios por mucho tiempo, sin tener un mínimo éxito, pero ahora no podía ser así, sino lo obligarían a quedarse más tiempo, Jay le caía bien hasta el momento pero no conocía nada mas de él,era un extraño, si bien no le gustaba mucho la gente no iba a engañarse a sí mismo, extrañaría mucho a Niki y a Sunoo, pero sobretodo a Sunoo.

Le daba terror tener que volver a intentar superar algunos momentos, porque eso significaba recordarlo y hacer como que no fue la gran cosa, o que simplemente quedó en el pasado.

¿Como podría olvidarse de sus traumas si prácticamente lo perseguían? Era muy ilógico querer escapar si no había salida.

No estaba seguro de poder hacerlo, y aún si lo hiciera, las voces no pararían. Sus compañeros de orfanato y ahora de clase siempre tenían algo que decir, algunas veces también los desconocidos.

A cada lugar que llegaba era la estrella, más bien el meteorito, pues siempre había alguien que habría su boca para dar su opinión sobre el, y generalmente eran opiniones malas; mas cuando se enteraban que era adoptado.

No entendía porque siempre se la agarraban con él; de las miles de personas que había en el mundo siempre tenían que hablar de él, estaba harto.

Después de unos minutos, todas las cosas se encontraban dentro de la casa.

Los señores Kim abrieron sus brazos y Jungwon no dudó en correr hacia ellos.

Habían sido sus salvadores, ellos lo sacaron del orfanato, un lugar donde había mucha crueldad, al menos desde su perspectiva lo era.

Pudieron sacarlo, pero aún así el no podía olvidar.

No quería provocarles mas dolor, ellos no lo merecían.

Se despidió de ellos y cerró la puerta.

Vio como Jay sacaban algunas cosas de las escaleras.


—¿Que es lo que haces?—

—Sacando los espejos de aquí— respondió

𝑳𝑶𝑽𝑬𝑩𝑶𝑻  [𝖩𝖺𝗒𝗐𝗈𝗇]Where stories live. Discover now