𝑳𝑶𝑽𝑬𝑩𝑶𝑻 [𝖩𝖺𝗒𝗐𝗈𝗇]

Feelings come out

Habían muchos secretos por descubrir, EN-HA Corporations se estaba volviendo un lugar que ahora desconocían totalmente. No había razón por la cual ocultar cosas si todo lo que hacían era con el fin de hacer el bien.

Kei y Geonu estaban atentos a cualquier movimiento que Giselle pudiera hacer, cabe recalcar que su cráneo había vuelto a abrirse para acceder a los archivos dentro de la oficina.

Las lágrimas corrían por todo su rostro, eran azules, simbolizando todo el dolor que estaba sintiendo.

Ambos miraron la pantalla. Kei pudo reconocer a las dos mujeres que aparecían allí, eran las mismas de la estación de tren.

—¿Que esto?— preguntó el médico

—Es la vida que perdió—

LostMe.RAR.

Eri, una bebe que fue abandonada al nacer en la isla de Japón. Un año mas tarde encontró una familia que la acogió como su hija, la familia Kang. Seulgi e Irene criaron a la niña como si fuera suya, brindándole todo el amor que una madre puede dar.

Ella no estaba avergonzada de su pasado, y le decía a sus compañeros que era felizmente adoptada. Y que adoraba a su familia.

No sabía si era por celos, pero a la gente le parecía chistoso. Dijeron que fue un error. Que no debería estar aquí. No entendía porque o cual era el motivo de las burlas, no les veía sentido. Sus mamás se quejaron con la institución educativa pero poco hicieron por ayudar a su hija, lo único que dijeron los docentes fue "trátense bien entre ustedes" pero esas simples palabras no hicieron efecto en los niños malcriados. Le dijeron que lo ignorara, no tenía porque prestar atención a gente que se portaba mal, y así lo hizo.

Lo soportó bastante bien, hasta el día que todos decidieron hacerle una "inocente" broma. Habían puesto pegamento en su silla, no podia pararse, pero aún así intento seguir bien, hasta que las ganas de ir al baño fueron demasiadas, orinándose en los pantalones.

Todos se burlaron de ella, esa semana fue un infierno, era una mala forma de iniciar la secundaria. La única persona que se apiado de ella fue un chico de su clase, Shotaro. Al menos ahora tenía alguien en quien apoyarse, por fin tenía una amistad estable.

—Recuerda que siempre te apoyaré, es mejor estar de este lado que del lado malo—

Estaba en tercero de secundaria, y cuando todo parecía estar mejor, un grupo de compañeras decidió jugarle otra broma, una que terminó en desgracia. Eri y Shotaro estaban caminando en dirección a bajar por las escaleras, una de las chicas, Lia, empujó a Eri con la intención de hacerla caer, Taro no iba dejar que eso pasara así que la jaló hacia atrás, pero lastimosamente fue el quién perdió el equilibrio.

—¡¡TARO!!—

Shotaro rodó ocho escalones hasta abajo y terminó golpeándose la cabeza con una de las puntas. Se comenzaron a oír gritos cuando sangre comenzó a esparcirse por el piso. Eri quedó paralizada del miedo, bajo las escaleras como pudo y se acercó a Taro, tenía los ojos semi-abiertos, ya no respiraba. Lloró, intento levantarlo pero no pudo. El hermano de Taro, Yuta llegó corriendo empujándola lejos de su hermano, le gritó de todo, estaba muy conmocionado, había perdido a su hermano.

Eri se encerró en su cuarto por una semana, había sido su culpa, debió tener mas cuidado y fijarse bien donde ponía los pies. Estaba muy deprimida, su mejor amigo estaba muerto y lo peor de todo fue que Yuta la corrió del funeral. Sus mamás intentaron animarla de algún modo pero no dio resultado