Capitulo 23

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Louis se levantó y en menos de un segundo estaba preguntándole al médico. Su corazón estaba acelerado, sus manos temblaban y sudaban. No podía imaginar que algo le pasara a su pequeña, a la chica que amaba con locura.

-Bueno, necesito hacerles unas preguntas –dijo mirándolos fijamente –primero ¿eres su novio? –preguntó el médico.

-Sí –dijo Louis con firmeza. Harry y Zayn intercambiaron miradas.

-¿Y ellos? –preguntó refiriéndose al castaño y al moreno.

-Amigos –contestó Louis.

-¿Estaban con ella? –preguntó

-No, solo yo, bueno en realidad no estaba tan cerca de ella… nosotros habíamos… -Louis dudó –tenido una pelea, y ella estuvo charlando con otra gente.

-¿No sabes si consume drogas?

-Ella no, pero sospecho que algo le hicieron en esa estúpida fiesta –dijo con un tono claramente de enfado. El médico asintió como entendiendo todo.

-Los exámenes arrojaron que la sangre estaba alterada por alcohol y la comúnmente llamada éxtasis, una droga muy popular entre los jóvenes –dijo seriamente. Louis asintió apretando los puños con ira. –por lo que arrojaron los exámenes, tomando las medidas y cantidades usuales de cada pastilla, ella habría ingerido dos o tres –dijo seriamente –algo grave, agregándole que la chica no suele consumir drogas, la mantendremos en observación, no le ha pasado nada muy grave a ella, pero es mejor observarla. –Louis asintió y lanzó un largo suspiro. –mañana si las cosas salen bien, le daremos el alta alrededor de las doce del día.

-¿Puedo quedarme aquí cierto? –preguntó Louis.

-Claro, puede verla. Está en la habitación C512 del segundo piso. Es privada, por lo que hay un pequeño sofá si lo necesita –Louis asintió.

-¿Te quedarás? –preguntó Zayn. Louis asintió.

-Louis podemos venir temprano y… -Harry comenzó a proponer la idea pero Louis negó inmediatamente.

-Ya oyeron, hay un sofá, así que me quedaré aquí. Vayan con los chicos y cuéntenles, ¿pueden venir mañana por nosotros? –Harry asintió.

-Claro –dijo seriamente.

-Bien. Gracias por todo, son lo mejor –ambos sonrieron. Los chicos se marcharon, y Louis inmediatamente subió.

Entró a la habitación, allí estaba ella. Estaba con suero, y dormía profundamente. Sonrió, su expresión de paz y su belleza seguían ahí. Se acercó a ella y pasó con delicadeza el dedo por su frente, bajando por su nariz, acariciando sus mejillas y tocando sus labios con delicadeza. Maldijo al imbécil de Ryan por hacerle esto. Pero ahora no importaba él, si no ella. Tomó su mano y entrelazó sus dedos con la suya. ¡Que hermoso sería poder tomarla de la mano cada día pero no como un amigo más! Suspiró, quizás ella se diera cuenta de que Louis era capaz de todo por ella. 

Louis se sentó en el sofá. Sus ojos casi no se podían mantener abiertos, el sueño lo estaba venciendo. La observó unos minutos más.

Volvió a ponerse de pie, le besó la frente con delicadeza. Miró sus labios ¿y si lo hacía? Ella estaba sedada, probablemente no se percataría de nada, y bueno, no era algo así como aprovecharse ¿no? Se agachó levemente, y presionó sus labios con los de ella. Eran suaves, pero estaban fríos. Cerró los ojos un momento. Luego se separó de ella con una leve sonrisa.

-Buenas noches mi amor –susurró.

Se recostó en el medianamente cómodo sofá y rápidamente se quedó profundamente dormido. No pensaba dejarla sola, no lo haría.

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