Capitulo 50

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Stephanie sentía como le temblaban las manos al caminar más hacia el final del pasillo. No sabía porque, pero tenía el maldito presentimiento de que algo malo sucedería. Caminaba con paso inseguro, mientras miraba hacia todos lados, esperando que Louis apareciera de la nada para sentirse más segura, pero no aparecía y eso la ponía más nerviosa. El pasillo estaba terminando, mientras ella sudaba frío y temblaba. Sacó su celular, pero no existía señal. No podía llamar a Louis. Puso un paso fuera del lugar, y miró hacia todos lados alerta. Suspiró un poco más aliviada al no ver a nadie, así que comenzó a relajarse cuando una voz masculina, aquella que tanto temía estaba justo detrás de ella.

-¿Intentabas escapar? –la voz de él, de su padrastro, del hombre que más odiaba en este mundo le congeló el cuerpo. Louis, Louis, Louis te amo. Sentía que iba a morir en cualquier momento. Entonces poco a poco para encontrarse con unos ojos azules que ella conocía. 

-¿Louis? –preguntó más relajada. Al parecer su imaginación iba demasiado lejos. Lo vio acercarse a ella serio. Algo era diferente, algo no le calzaba. -¿Louis qué sucede? -el muchacho caminó a paso firme hasta ella y la tomó bruscamente de los brazos. -¡Louis ¡Me haces daño! –intentó soltarse de su agarre, pero el, con los ojos enfurecidos le propinó un puñetazo que la hizo caer al suelo. Stephanie no reaccionaba, no podía creer que Louis estuviese haciendo eso. Miró a su alrededor, no había nadie. Se levantó rápidamente sin dejar de mirar a Louis. No parecían sus ojos azules de siempre. Retrocedió un poco, y el se acercó nuevamente. Así que comenzó a correr, sintiendo la presión y el miedo hacer fallar sus piernas. Louis corría enfurecido tras ella, y en su mano brillaba una pequeña navaja. Intentó gritar, pero los pulmones y la nariz le quemaban, no podía pronunciar palabra alguna. Sudaba y las piernas le dolían, hasta que tropezó y cayó de bruces al suelo. Louis la tomó con fuerza, y le pateó el estómago. Chilló mientras el con violencia la desnudaba y la golpeaba, pero nadie la escuchaba. Todo era una tortura, era demasiado irreal. Entonces cuando le había hecho el daño suficiente, mostró la navaja y la alzó, listo para atacarla y arrebatarle la vida.

-¡NO! –gritó cuando abrió los ojos. El corazón le latía a mil por hora. Temblaba y lloraba., muerta de miedo. Miró a su alrededor, y no estaba en su hogar. El miedo volvió a ella ahogándola.

-¿Qué sucede Stephanie? –preguntó Louis levantándose bruscamente y prendiendo la luz. Estaba semidesnudo mirándola desconcertado. Stephanie lo miraba llena de miedo, aún no volvía a la realidad luego de esa pesadilla. -Stephanie ¿qué pasa amor? -preguntó acercándose a ella. Stephanie se alejó y comenzó a llorar desesperada. Solo fue una pesadilla, Louis está aquí, el verdadero Louis. Intentó tranquilizarse ante la preocupación y desesperación de su novio.

-Pesadilla… -susurró ella temblando. Louis suspiró y se acercó a ella, con suavidad y cautela la abrazó y la acurrucó contra su pecho.

-Shh… -susurró cerca de su oído –ya ha pasado nena, solo fue un mal sueño. –ella no podía dejar de llorar. Tenía la piel fría, y sus manos seguían temblando. Louis tomó la manta y la puso sobre ambos. La tenía acunada entre sus brazos como si fuera un bebé. –No pienses en ello… estoy aquí para protegerte cariño. –ella sollozaba, escondiéndose en el pecho de Louis. –mi amor no dejaré que te pase nada ¿sí?

Al cabo de un rato, ella se relajó. Louis le besó la frente y la ayudó a acostarse otra vez. La abrazó por la cintura, le besó la mejilla y le dio las buenas noches. Luego de eso, Stephanie por fin pudo dormir tranquila otra vez. Louis no se durmió hasta que ella estaba respirando tranquilamente y no se moviese demasiado. Solo así pudo cerrar los ojos con tranquilidad, esperando que su novia tuviese el sueño tranquilo.

Louis despertó primero que ella a la mañana siguiente, pero se quedó quieto, pues ella dormía abrazada a él. Se puso a pensar en ella y otra vez en todo el sufrimiento que había tenido que pasar y sintió un nudo en la garganta y la impotencia nacer otra vez.

Como AmarWhere stories live. Discover now