Verte como yo te veo [Cassunzel AU]

¿Un sueño? O un recuerdo...

¿Se han preguntado alguna vez por qué la vida es tan enigmática?

Las cosas que hace y pone, todo en su lugar para que pasen las cosas más inesperadas por las personas menos esperadas.

Era curioso, como la vida podía juntar a dos almas en esta vida, en forma de compensación por lo que sufrieron en su anterior vida...

¿Creen en las reencarnaciones?

Quizás sea algo en lo que deberían pensar...

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Era un día como cualquier otro, sol brillante, viento fresco, un mundo por recorrer, ya saben, lo típico.

Los rayos de sol atravesaban la ventana, y conforme iba subiendo, también la luz que llegaba a la habitación de aquella rubia.

-¿Raps? ¿Lista para hoy? -cuestionó cierta azabache entrando a la habitación.

La miró enternecida.

Todas aquellas tareas y responsabilidades eran sumamente agotadoras como para una sola persona, sin embargo, ahí estaba ella.

Se acercó y se sentó al lado de aquella rubia para comenzar a acariciar suavemente su pelo.

-Raps. -llamó la azabache con una sonrisa- Sé que estás cansada, pero necesitas asistir a este evento. Un posible aliado de Corona vendrá hoy, ¿recuerdas?

La rubia se volteó hacia el lado de aquella azabache y la abrazó por la cintura.

-Cass. -salió a penas de aquella rubia ojiverde con voz ronca que aún se encontraba con los ojos cerrados- Por favor...

La azabache sonrió.

Si fuera por ella, le haría todas sus responsabilidades y dejaría que aquella chica que tanto le robaba sus suspiros, descansara todo lo que quisiera.

Pero las cosas no funcionaban así.

-Si no te levantas ahora... -se quedó pensativa, analizando las posibles opciones del término de la oración- Te tendré que besar.

La rubia repentinamente abrió los ojos de par en par, sorprendiendo un poco a la azabache de la que estaba abrazada.

-Mm... como que ahora me dió aún más sueño... -dijo con una sonrisa para luego soltar a la chica y simular estar dormida.

-Raps... -salió de aquella azabache de mirada triste, pues no era correcto aquello y sólo lo proponía para que la rubia se levantara- Sabes... sabes que no puedo...

La rubia le miró con cierta tristeza.

-Acércate. -llamó la rubia captando nuevamente la atención de la chica sentada en su cama.

-¿Para qué? -cuestionó confundida la azabache.

-Acércate. -repitió nuevamente la rubia.

La azabache, con duda, se acercó a la rubia.

-Más. Tengo que decirte algo y no puede ser en voz alta. -dijo la rubia ocasionando aún más incertidumbre en la chica.

Aún con duda, se acercó más a aquella rubia ojiverde, puso cada una de sus manos a cada uno de los lados de la cabeza de la chica y bajó su rostro hasta la altura de ella.

La rubia abrazó el cuello de la chica sorprendiéndola un poco.

-Te amo. -fue lo único que salió de aquella rubia sonriente, tomando por sorpresa a la azabache y sonrojándola súbitamente.