"No me iré."

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Era una mañana inusual.
El sol parecía no haber salido, y aquella rubia ojiverde sorpresivamente había madrugado.

Estaba bastante nublado y pareciera que incluso estuviera de mal humor.

La rubia rio ante la comparación de aquella pelinegra indiferente y aquel cielo bipolar.

Miró su clóset.

Ciertamente tenía bastante ropa, sin embargo, se puso cualquier cosa que combinara y salió del cuarto.

-Oh, eres tú. -dijo la albina saliendo de la habitación de la pelinegra.

-¡Hola! -saludó la rubia mirando cómo cerraba la puerta- Cassandra... ¿ya salió?

La albina dudó un poco antes de responder.

-Ella... no se siente del todo bien. -comenzó a decir ya al lado de la rubia- No tuvo una buena noche.

La rubia le miró preocupada.

-¿Ya está mejor? -cuestionó mientras miraba la puerta en frente de ella.

-Sí, sí, no te preocupes. -comenzó a  decir con una sonrisa- Ella se compone rápido de este tipo de cosas.

La rubia le volvió a mirar, dudosa entre si creerle o no.

-¿Saldrá hoy? -cuestionó nuevamente.

-Sí, no ha de tardar. -dijo sonriente mientras le acariciaba el pelo a la rubia- No te preocupes. En serio.

-Bien... -contestó la chica cabizbaja.

-Yo me tengo que ir niña, nos vemos luego. -dijo ya comenzando a caminar- ¿La esperarás ahí?

-Sí. De todas formas dijiste que no tarda en salir.

-Muy bien.

La rubia miró cómo la albina desaparecía entre los demás estudiantes.

Miró nuevamente la puerta en frente de ella.

¿Qué podía haber pasado como para que la pelinegra estuviera así?

Dudosa, decidió tocar.

-Eh... ¿Cass? -salió débilmente de la rubia después de tocar la puerta.

-Pasa. -se escuchó del interior de la habitación ocasionando una sonrisa en la rubia.

Abrió la puerta y logró divisar a una pelinegra aún con ropa de dormir y con grandes ojeras buscando algo de ropa en su clóset.

-¿Qué sucede? -cuestionó la pelinegra haciéndole una seña con la mano para que cerrara la puerta.

-Sólo quería saber si saldrías hoy. -dijo la rubia cerrando la puerta.

-¿Por qué no saldría hoy? -cuestionó con su tono usual de indiferencia.

-Adira dijo que no te sentías bien. -dijo mientras se sentaba en una de las camas de la habitación.

La pelinegra se tensó al escuchar esto y se dignó a mirarla por primera vez en el día.

-¿Te dijo algo más? -cuestionó ahora con el ceño fruncido.

-Eh... no, no. -negó rápidamente ante la mirada penetrante de la pelinegra, quien pareció relajarse un poco ante su respuesta- ¿Ya estás mejor?

La pelinegra le miró. Ella lucía exactamente igual a chica de su sueño.

Desvió la mirada.

-No es de tu incumbencia. -dijo fríamente mientras se comenzaba a quitar la blusa.

Verte como yo te veo  [Cassunzel AU]Where stories live. Discover now