INNOCENT | DRACO MALFOY ✓

𝐅𝐈𝐅𝐓𝐘 𝐅𝐎𝐔𝐑

Draco Malfoy.

—Eso es— jodidamente loco—Blaise negó con la cabeza y tomó otro sorbo del whisky de fuego que le había servido.

Con el permiso de Aria, había pasado los últimos treinta minutos explicándoles a Blaise y Theo lo que había sucedido cuando nos separamos.

Nos había aparecido a los dos de regreso a la casa de los Parkinson lo antes posible, sin siquiera molestarme en encontrar a los demás. Después de ver cómo estaba Aria, la dejé en el dormitorio por un tiempo para ella sola.

Todos aparecieron menos de una hora después, con las manos llenas de bolsas de compras y expresiones alegres en sus rostros. Por supuesto, sus mentalidades positivas se arruinaron bastante cuando les informé sobre los eventos de la última hora, y ni Blaise ni Theo podían creer lo que les estaba diciendo.

—Eso sí que es extraño amigo... aparecer en una librería después de todos estos años.—Theo negó con la cabeza y se sirvió otro vaso.—¿Ella está bien?.

—No lo sé...—Me quedé mirando mi propio vaso casi vacío, mirando el líquido color caramelo girando mientras giraba la taza en un círculo sobre el mostrador.—Creo que solo necesita un poco de tiempo, ¿sabes? Tomará un tiempo superar algo así.

Ambos asintieron y se bebieron el resto de sus bebidas.

[...]

Aria Rowen.

—No puedo creer que ellos siquiera hicieran eso.—Me acosté en la cama de Draco y la mía, mi cabeza contra el pecho de Dylan mientras sus brazos me abrazaban, al igual que cómo nos consolábamos cuando éramos niñas pequeñas.

—Lo sé... eres demasiado buena para ellos. Obviamente no sabían lo que se estaban perdiendo.—su mano acarició mi espalda mientras me acercaba más.

Ella era la única persona con la que quería estar conmigo en este momento. Dylan fue mi primer mejor amigo, incluso antes que Jenna e Indy. Habíamos hecho clic en primer año... un Slytherin y Hufflepuff... amigas desde que nos conocimos en el Expreso de Hogwarts.

°°°

—Oh, lo siento, ¿querías estar sola?.—La chica de cabello oscuro y rizado me miró a través del puerta del compartimento.

—Uh, no, puedes sentarte aquí si quieres.

—¿Quieres decir que no estás esperando a nadie?.

Negué con la cabeza y acerqué mi baúl a mí, permitiendo que su habitación entrara y tomara el asiento opuesto al mío.

—No. Soy de primer año, así que todavía no he hecho amigos.—le di una débil sonrisa y miré abajo en el suelo.

—¡De verdad, yo también!.—La niña soltó una carcajada y yo le devolví la sonrisa.—¿Cuál es tu nombre?.

—Aria... Aria Rowen.

—Soy Dylan. Encantada de conocerte.—La chica sonrió y extendió su mano, que yo estreché con gusto.

°°°

—¿Puedes siquiera imaginar dónde estaríamos ahora si no nos conociéramos?.

Le di una pequeña sonrisa a través de mis lágrimas mientras la miraba. Ella había estado conmigo desde el principio... siempre aquí para calmarme y consolarme cuando más lo necesitaba.

—Te amo, Aria... gracias por ser mi mejor amiga.—la voz de Dylan se hizo temblorosa, a pesar de que ella rara vez se emocionaba.

Asentí y le di un fuerte apretón en el brazo.—Yo también te amo...