INNOCENT | DRACO MALFOY ✓

𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄 𝐏𝐀𝐑𝐓 𝟐

(Seis años después)

Aria abrió los ojos, lo que les permitió adaptarse a la luz del sol de la mañana que entraba a raudales por la abertura de las cortinas de su dormitorio e inundó su habitación. A pesar de que había asaltado casi toda la noche, el cielo lo había compensado otorgando a los habitantes de la tierra un día encantador.

La familiar sensación de comodidad se apoderó de ella mientras se movía debajo de las sábanas. Sintió que el brazo que pasaba perezosamente por su cintura apretaba su cadera como si Draco le suplicara que no se levantara.

Su espalda estaba presionada firmemente contra el pecho de Draco mientras sus piernas permanecían revueltas bajo sus mantas, casi exactamente como se habían quedado dormidos la noche anterior.

Sin que Draco lo supiera, en los brazos de Aria yacía una niña dormida que se había metido en su cama en medio de la noche, asustado por la tormenta atronadora fuera de su ventana.

A Draco nunca le gustó que Amelie durmiera en su cama, especialmente ahora que tenía cuatro años, pero el corazón maternal de Aria permitía que su hija durmiera con ellos casi todas las noches que entraba en su habitación.

Las manos de Aria se movieron para apartar el cabello del rostro de la niña. No era de extrañar que no se pareciera en nada a ellos. Sus rizados mechones eran mucho más oscuros que los de su madre, sin indicios del cabello rubio de Draco. Su piel también era más de un tono oliva, varios tonos más bronceados que la tez clara y clara de cualquiera de sus padres, simplemente porque ella no era su hija biológica en absoluto.

Draco estaba bastante confundido la primera vez que Aria mencionó la idea de la adopción, y luchó para comprender por qué harían algo así cuando eran perfectamente capaces de tener un hijo por su cuenta.

Tenía mucho más sentido para él cuando Aria le explicó por qué prefería hacer eso. Como alguien que había crecido en un sistema de cuidado de crianza, quería ayudar a un niño que podría haber estado pasando por algo similar a sus experiencias infantiles, excepto que la niña que habían adoptado no era mágica.

Aria no tenía idea de cómo reaccionaría Draco cuando sacara el tema y, en todo caso, pensó que él rechazaría la idea en ese momento descubrió que lo más probable es que el niño naciera de muggles.

Su suposición estaba equivocada. A Draco no le importaba el estado de sangre de la niña, ya que repetidamente le había dicho a su esposa y le había asegurado que esto era lo que él quería si era lo que ella quería. En lo que a cualquiera de ellos respectaba, no importaba si la niña era biológicamente suyo o no... lo más importante para ellos era que la criaron como si fuera suya.

Y eso fue lo que hicieron. Draco y Aria amaron a su hija desde el día en que la adoptaron de bebé, disfrutando cada momento de su vida que presenciaron.

La niña dio un bostezo aturdido, estirando sus extremidades a su lado mientras se movía fuera del agarre de su madre.

—¿Cuándo entró aquí?.—La voz profunda y ronca de Draco rompió el silencio, gimiendo levemente mientras se adaptaba también a la acogedora luz del sol de la mañana. Acababa de despertar, dándose cuenta de que Amelie debió haber entrado sigilosamente durante la noche.

—Alrededor de las dos... se quedó dormida.

Draco suspiró y su agarre alrededor de su cintura se hizo más fuerte, sosteniendo a Aria más cerca de su cuerpo para que no hubiera posibilidad de que se fuera tan pronto en la mañana.

La fachada tranquila de Aria se desvaneció y fue reemplazada por confusión cuando el pensamiento se le ocurrió.—¿A qué hora se suponía que íbamos a encontrarnos con los demás para el almuerzo?.