Ada y Eva ©️

ღ Capítulo 19 ღ

Eva

Lo que restaba de la noche del domingo la pasamos entre saltos, gritos y música a todo volumen, en el concierto al que Ada me llevó. Era una banda de rock la que cantaba en vivo y una que no conocía hasta ese momento.

Por primera vez no tuvimos que escondernos de nadie. Todos parecían estar a su bola, y cuando nos besábamos nadie nos prestaba atención. Me sentía libre y a gusto en ese ambiente nada común para mí.

En el camino de vuelta, nos detuvimos en una gasolinera para comprar algo de comer. Nos dimos cuenta tarde de que ninguna llevaba dinero para pagar, pero, aun así, no nos podíamos quedar con el estómago gruñendo.

Así que, cuando rellenamos mi bolso de comida chatarra que no íbamos a pagar, caminamos confiadas hacia la puerta. Como era de esperarse, el dependiente nos detuvo a medio camino. Era un joven con pinta de hippie y cabello trenzado, que bebía agua con una pajita.

Nos paramos frente al mostrador, y cuando se disponía a reclamarnos, Ada me tomó del cuello y me besó frente a aquel desconocido.

El chico terminó babeando, mientras nos dejaba irnos sin haber pagado absolutamente nada.

—Hombres. —dijimos ambas al unísono, entre risas.

Eran las 4 de la mañana cuando Ada estacionó junto a mi casa.

No podía creer todo lo que había pasado en menos de 24 horas. Mi vida había dado un giro de 180 grados, y de estarme desgarrando por dentro, pasé a sentir mariposas revoloteando en el estómago cada vez que cierta chica de cabello anaranjado se acercaba a mí.

—¿Tienes que irte? —cuestiono cerca de sus labios, mientras ella retiene sus manos posadas en mi cintura recostada al auto.

—No quisiera irme, manzanita. —susurra, llevando su rostro hacia mi cuello, aspirando mi olor— Pero tu mamá estará echando humos.

—Pero yo no quiero separarme de ti. —murmuro, dejando un beso en su mejilla.

—En unas pocas horas nos veremos en clases, no estaremos mucho tiempo lejos.

—No me importa. —declaro, esta vez, abrazándola con fuerza.

Ella me devuelve el abrazo, para luego separarse de mí y dejar un suave beso en mis labios.

—Sueña conmigo, manzanita.

—Siempre. —la sostengo nuevamente, antes de que me suelte, y la atraigo hacia mí en un beso mucho más intenso que el de antes. Quiero más, mucho más. Necesito que repitamos lo que sucedió hace pocas horas dentro de aquel auto y que provocó que los vidrios se empañaran.

Pero palidezco cuando escucho el grito que causa que nos separemos al instante.

—¡¿Qué se supone que haces Eva Lost?!

—Mamá... —mascullo con miedo.

—¡Entra para casa ahora mismo! —camina a pasos rápidos y decididos en mi dirección, tomándome del brazo, llevándome con ella a rastras.

—Ada...

—Señora, ella no... —intenta hablar la pelirroja, pero mi mamá la interrumpe.

—Esto es un asunto entre mi hija y yo. Por favor, no te metas en lo que no te incumbe. —y con esas últimas palabras, Ada desaparece de mi vista en el momento en que se cierra la puerta de mi casa.

—¡Mamá! —chillo— ¿Por qué hiciste eso?

—¿Qué por qué hice eso? —bufa con cierto tono irónico en su voz— ¡Porque te estabas besando con una mujer! ¿Qué cosas del demonio son esas, Eva? ¿Así es cómo yo te he criado?

—No, mamá. Tú me criaste peor que eso. —confieso, llevada por la rabia del momento.

—¿Perdona?

—¡Tú me criaste a base de mentiras! —declaro con un nudo en la garganta.

—No trates de hacer qué esto trate sobre mí. Eres tú la que te has vuelto loca por hacer lo que hiciste.

—¿Estoy loca por querer a alguien que me hace feliz? —cuestiono, aguantando las lágrimas.

—¿Y dónde demonios dejas a Kaleb?

Bufo con incredulidad.

—¿Kaleb? —río— Estás bromeando, ¿cierto?

—Tengo pinta de estar jugando. —masculla— Ese niño se ve que te ama, le vas a romper el corazón si se entera de lo que acabas de hacer.

—¡Acaso no me ves! —grito, con los ojos escociéndome— ¡Mira mi rostro, madre! ¿Crees que estos moretones son normales?

Su ceño se frunce ligeramente cuando se percata de las marcas en mi cara que de seguro no había notado antes.

—Ese niño, como tú le dices —escupo— Nunca me ha amado. No, madre. Ese niño... —no quiero decirlo porque sé que le voy a hacer daño, pero necesito que ella reaccione— Ese niño es el culpable de que tu hija se haya querido suicidar.

—¿Qué? —murmura con la boca entreabierta y una lágrima rodando por su mejilla.

—¿Sabes todo lo que yo he soportado por tu culpa? —pregunto— Desde pequeña me hiciste creer que papá te golpeaba porque te amaba, que así era el amor, que entre ustedes se entendían. —ella se lleva las manos a los labios con sorpresa— Nunca creíste que eso iba a influir en mi vida, ¿verdad?

—Eva, yo...

—No, mamá. No tienes derecho a opinar sobre lo que hago o dejo de hacer, ¿sabes por qué? —siento el rostro empañado, pero eso no me impide lanzar el último ataque— ¡Porque esa chica que conozco hace apenas unas semanas, me ha hecho más feliz de lo que tú o Kaleb lo han hecho en toda mi vida!

Y dicho esto, subo escaleras arriba hasta encerrarme en mi habitación. Me recuesto en la puerta, y me deshago en lágrimas.

No quería haberle hablado así a mí mamá. Yo la quiero demasiado, a pesar de todo. Y aunque haya parecido lo contrario, no la culpo por lo que pasó con papá. Haber estado en sus zapatos por un tiempo, me ha hecho entenderla. Simplemente, necesitaba que se diera cuenta de todo por lo que su hija estaba pasando.

Al cabo de unos minutos, siento como le da dos toques suaves a la puerta de mi habitación.

—Te entiendo, cariño y... Lo siento por no haberme dado cuenta. —confiesa— Pero, por favor. ¿Podrías no decirle a nadie que te gustan las mujeres? —¿perdón?— Me da mucha vergüenza...

No me lo puedo creer.

—Vale... ¿Y tú podrías hacer algo por mí?

—Lo que quieras. —masculla tomando mis manos.

—No le digas a nadie que piensas así de mí. —me suelto de su agarre y levanto una ceja— Me da mucha vergüenza tener una madre así.

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Maratón 1/3

Muchas emociones fuertes en este capítulo 🥺

Nos vemos dentro de unas horas con el siguiente 7v7

Pregunta Random: ¿A qué hora se levantan? ¿Tienen alguna rutina?

XOXO