𝜗𝜚 𝐨͟𝐡͟ 𝐚͟𝐧͟𝐚 🎀 senpai x lectora. ♱

♡ ⸝⸝ :: capítulo trece.

Te quedaste parada mientras releías una y otra vez la carta, siéndote increíble que Nene haya escrito eso. La guardaste y regresaste para buscarla, esa sensación de nuevo te abrumaba.

No la encontraste, te quedaste parada en la salida llena de impotencia y desesperación, un nudo se formó en tu garganta y dolía demasiado.

— ¡Hola ____! — Oíste la voz de Alucard detrás de tí; se iba acercando. Tú sólo le ignoraste y bajaste un poco la mirada, sentías que las lágrimas estaban a punto de salir de tus ojos. — ...¿Te sucede algo...?

— N-No... — Tu voz se quebró, tu estómago se revolvía, estabas tan nerviosa que las ganas de vomitar llegaron, las manos y piernas te temblaban. Corriste hacia el baño, Alucard venía siguiéndote.

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Acabaste, tu vista estaba nublada y te sentías demasiado mal. Querías gritar, llorar, desahogarte. Estabas recargándote en tus rodillas con el inodoro frente tuyo. Pusiste ambas manos en tu rostro y comenzaste a llorar, era demasiado abrumador, te preocupabas demasiado y te culpabas si a Nene le llegase ocurrir algo.

Saliste del baño y fuiste directo a lavarte el rostro. Mirabas tu reflejo en el espejo... tus ojos hinchados y las mejillas coloradas... lo odiabas.

Acabaste de hacerlo, saliste y a un lado de la puerta estaba Alucard recargado en la pared con ambos brazos cruzados. Al oír tus pasos volteó a verte con una expresión... preocupada.

— ¿Estás bien? — Se alejó de la pared y se puso de frente. Entrelazó sus manos... su tono de voz era raro para tí. ¿Será que de verdad le importa saber cómo estás o simplemente lo hace para que pienses que eres su amiga?

— Si, estoy bien. Perdón por quitarte tiempo, ¿por qué no te has ido a casa? es tarde. — Respondiste cabizbaja, con una mano en tu mejilla; estabas algo avergonzada.

— Es que me preocupó un poco como actuaste. — Oh, vaya impresión has dado para ser el primer día de haberse conocido. Esa inseguridad había regresado. — ¿No necesitas algo? agua, medicamento... ¿algo?

— No gracias... estoy bien de verdad. — Respondiste con una dulce sonrisa, el rostro de Alucard se sonrojó un poco. Por dentro esa sensación de que la gente es falsa contigo persistía tanto, no sabías que hacer. — Bien... te pasaré mis redes sociales...

Alucard se quedó callado unos momentos, pensando en porqué habías cambiado de tema tan rápido. Pero de igual manera asintió.

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Llegaste a casa, como estabas sola te tiraste de rodillas al suelo, pusiste ambas manos en tu rostro y lloraste, lloraste demasiado. Gritaste intentando quitar esa sensación horrible, anhelabas que la carta fuese escrita de broma.

Te levantaste del suelo y corriste hacia tu cuarto, tus sollozos eran lo único que resonaba en toda la casa. No lograbas hallar que hacer.

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Estabas en la bañera, el agua caliente caía sobre tu cabeza y recorría todo tu delicado cuerpo. Mirabas tus manos y después las pusiste sobre tu rostro. Tantos pensamientos en tu cabeza llegaban a la vez, haciéndote sentir impotente. Alucard... ¿pensará que eres una llorona? pudo haber notado tus ojos hinchados y mejillas rojizas. ¿De verdad le caes bien?

Acabando, caminaste hacia tu cama y te acostaste. No sabías que pensar ni qué hacer. Soltaste un pesado suspiro mientras mirabas lo blanco del techo. Tantas cosas en tu mente que no te dejaban en paz, ¿por qué te has sentido así de la nada? no eras así. ¿Qué piensa la gente de tí? no podías dejar de preguntarte eso. Soltaste un bostezo; los párpados comenzaron a pesarte. El sueño llegó pero la preocupación no se iba con nada, te sentías impotente.