Capítulo 12

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El cuarteto se dirigió al aula de transformaciones. Faltaban siete minutos para que la clase comenzara y Hermione Granger prácticamente iba corriendo, ya que temía que la profesora McGonagall se molestara con ellos. Los tres chicos intercambiaron entre sí, miradas de extrañeza al verla tan preocupada.

— ¡Vamos! ¡Apresuren el paso! — les gritó la castaña sin parar de caminar.

— Tranquila, Hermione. No es como si fuera la primera vez que llegamos tarde a una clase — comentó Ron.

— Querrán decir ustedes, no me incluyan en el mismo saco — Draco apresuró el paso y alcanzó a la chica — no quiero que por su culpa manchen mi perfecto historial de asistencia y puntualidad. Además, Ronald, de ahora en adelante deberías de tratar ser una persona más puntual.

— Basta de regañarme, Hermione. Pareces mi madre — gruñó el pelirrojo y Hermione entrecerró los ojos al escuchar ese comentario por parte de su amigo. Le fue prácticamente imposible no apretar los puños. De repente, sintió que una mano se entrelazó ágilmente con su mano derecha, ocasionando que ella sonriera automáticamente ya que sabía perfectamente de quién se trataba.

— No te desgastes en discutir con el cabeza hueca de Weasley. Ambos sabemos que es más sencillo enseñarle a un Simio a realizar una poción Multijugos que hacer que él trate de ser más puntual — le comentó y ella soltó la carcajada.

— ¡Te escuché, Malfoy!

— Esa era la intención, Weasley — se giró para guiñarle el ojo y sonreír burlonamente.

Harry tuvo que reprimir la risa al ver la expresión de confusión de su amigo. El pelinegro observó las manos entrelazadas del rubio y la castaña durante unos segundos y pensó en que le gustaría estar paseando por el castillo con la chica que fuese su futura novia.

El problema era, que se sentía confundido con respecto a dos chicas.

Llegaron al aula de Transformaciones y la profesora McGonagall aún no hacía acto de presencia. Draco le preguntó a Hermione si podía sentarse a su lado, a lo cual ella accedió de inmediato. Mientras que Harry y Ron tomaron asiento detrás de ellos. El pelirrojo frunció el entrecejo al ver que su amigo se encontraba estirándose en su asiento, volteando a todos lados en búsqueda de alguien.

— Trixie Burton aún no ha llegado — comentó Ron.

— ¿Huh? — Harry se acomodó apropiadamente en su lugar y aclaró su garganta — yo no estaba buscando a Trixie.

— ¿Ah no? — alzó una ceja — ¿y entonces?

En ese momento, Neville ingresó corriendo al aula de clase — ahí está tu respuesta — le hizo una seña a su amigo para que se acercara y se sentara junto a ellos — por cierto: Hay algo que tengo que preguntarte, pero con lo de ayer ya no se dio.

— Dime, Harry.

— ¿Por qué no le dijiste a Ginny que yo la cité para que fuera al campo de Quidditch ayer? Era indispensable discutir si se animaba o no a entrar al equipo.

— Oh... — rascó su nuca — lo siento, Harry. Se me olvidó — mintió, ya que la verdadera razón por la cual no quiso que se reunieran, era para entrenar solamente los chicos.

Mientras tanto, Draco estaba escuchando atentamente a la castaña, ya que ella le estaba contando lo que había pasado con Fred Weasley minutos atrás. El rubio sonrió enternecido al imaginarse a Hermione brincar, tratando de recuperar la tarjeta.

— De nueva cuenta, quiero agradecerte por el detalle. Me gustó mucho — confesó ella y sonrió tímidamente.

— Me alegra saberlo. Por cierto, quisiera saber la razón por la cual abandonaste de manera repentina el gran comedor.

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⏰ Last updated: May 04, 2021 ⏰

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Un amor imposible puede ser posible [Dramione] ©Where stories live. Discover now