Capítulo 11

1.4K 79 133
                                    


La castaña se encontraba en la sala común, sentada en un sillón mientras leía una y otra vez aquella tarjeta que le había enviado el rubio junto con la caja de chocolates. No había podido conciliar muy bien el sueño, ya que le era inevitable no pensar en ello. Y sobre todo porque ese martilleo en su corazón no la dejaba tranquila.

En un descuido, aquella tarjeta le fue arrebatada. Se giró y observó a Fred Weasley, quien comenzó a caminar mientras leía el mensaje. La castaña se levantó con rapidez y comenzó a perseguirlo.

— ¡Devuélvemela Fred! — le exigió mientras lo sostenía del suéter del uniforme.

— Buenos días para ti también, Hermione — bromeó. El pelirrojo estiró su brazo y Hermione estiró su cuerpo, tratando de alcanzar la tarjeta. Con la mano que tenía libre, Fred la llevó hasta su boca y fingió bostezar — Vamos Hermione. ¿Es todo lo que puedes hacer? — soltó una pequeña risa. La chica frunció el entrecejo y gruñó. Optó por saltar y ocasionó que el chico se diese un golpe contra la pared. La de ojos chocolate perdió el equilibrio y acabó recargando su cabeza en el pecho de él.

Se separó rápidamente de él y este se sostuvo el hombro — Oh Fred. Lo lamento.

— No es tu culpa — respondió mientras se alejaba de la pared — yo fui quien quería jugar un poco — le entregó la tarjeta — Draco es todo un cursi. Y es extraño conocer esa faceta de él.

— No lo llames cursi — musitó mientras guardaba la tarjeta en su mochila.

Él soltó una pequeña risa — de acuerdo, no es cursi — aceptó. Se acercó hasta ella y le despeinó el cabello — cada quien tiene su estilo de amar.

— Él no me ama. Solo somos amigos.

— Por ahora — le guiñó el ojo y ella rodó los ojos — y... ¿qué haces a esta hora en la sala común?

— Sabes que me gusta ser puntual. ¿Y qué hay de ti?

El pelirrojo tomó asiento en uno de los sillones — no hay alguna razón en especial — confesó. Un silencio incómodo se apoderó del lugar un par de minutos, ya que Fred decidió ponerle fin — Hermione... ¿Tu sientes lo mismo que él? — preguntó con seriedad. Antes de que la castaña pudiese responder, Harry y Neville aparecieron en la sala común — te salvaste en esta ocasión — susurró para después esbozar una sonrisa inocente. Saludó a sus amigos para después subir hacia su habitación a buscar a su gemelo.

— ¿Todo bien? — preguntó Harry.

— Si. Llegaron en el momento indicado — respondió — ¿Y Ron?

— Apenas se está arreglando — dijo Neville.

— Eso ya no es novedad en él — agregó Harry y los tres comenzaron a reír — ¿quieren esperarlo o nos vamos de una vez?

— De hecho yo pensaba en ir a buscar a Luna — el pelinegro frunció el entrecejo — descuida, no es nada malo. Son... cosas de chicas.

— Oh... en ese caso nos quedaremos a esperar a Ron.

— Si quieres yo puedo acompañarte — los tres se giraron y observaron a George, quien iba bajando los escalones junto con su gemelo — tú y yo estamos buscando a la misma persona.

La castaña alzó una ceja y sonrió, ocasionando que el pelirrojo sonriera para tratar de ocultar su nerviosismo — de acuerdo. Vamos — la castaña agarró su mochila y ambos salieron de la sala común.

— ¿Sabes por qué George quiere ver a Luna? — preguntó Neville a Fred, quien tomó asiento en el sillón.

El pelirrojo se encogió de hombros — tampoco lo sé. Trataré de hablar con él. Pero mientras... — se agachó lo suficiente para sacar debajo del sillón una pequeña caja plateada, donde contenía grageas sabor a mocos, jabón y cera del oído — faltan algunas, al parecer se las comieron varios curiosos. Las he estado recolectando.

Un amor imposible puede ser posible [Dramione] ©On viuen les histories. Descobreix ara