Capítulo 6

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Terminaron las vacaciones de invierno. Era domingo, y en ese respectivo día los alumnos que se habían marchado del castillo regresarían, para poder así retomar las clases al día siguiente con toda la actitud. Draco y Hermione acompañaron a Hagrid hasta la estación para ir a recibir a los alumnos de Hogwarts. Pero en especial a sus amigos.

— ¿Faltará mucho? — preguntó Hermione mientras observaba su reloj.

— No lo creo — aseguró Hagrid. Acto seguido comenzó a escucharse el ruido del tren cada vez más cerca — se los dije.

El rubio se colocó detrás de la castaña y de manera inconsciente le sujetó el hombro. Al sentir dicho contacto, ella se mordió el labio inferior y miró hacia los lados. Sintió un cosquilleo extraño en su estómago. Observaron el tren hasta que se detuvo. Las puertas se abrieron y los estudiantes fueron bajando en orden, mientras que varios hombres uniformados con un saco color vino y pantalón negro de vestir bajaban las maletas de los compartimentos.

Harry fue de los primeros estudiantes en bajar, y al ver a Hermione y Draco se sorprendió mucho. Se acercó a su mejor amiga, la abrazó fuertemente y la alzó. Dichas acciones hicieron reír a la castaña. Draco comenzó a toser, mostrándose "un poco" incómodo por el momento tan afectuoso. El pelinegro al percatarse de ello, se acercó a él.

— No te preocupes, hay suficiente Harry para ambos — Draco balbuceó al ser abrazado y alzado por el ojiverde.

— Estás demente, Potter — bromeó, y negó con la cabeza mientras sonreía.

Los demás chicos también bajaron y los saludaron con cálidos abrazos. Una vez que ellos recibieron sus maletas, se dirigieron hacia los carruajes. Durante el trayecto platicaron sobre lo que habían hecho en las vacaciones.

— ¿Y qué pasó con la apuesta? — preguntó Neville de repente. Ron soltó un bufido.

— Oh. Me alegra que lo menciones — sonrió maliciosamente.

— ¿De qué apuesta hablan? — preguntó el rubio.

— Lo que pasa, es que Ron dijo que lo único que iba a hacer en el resto de vacaciones era dormir. Y yo le dije que eso era prácticamente imposible, ya que mi madre nos pide ayuda con ciertas tareas — respondió la pelirroja.

— Por el semblante que tienes, supongo que tú has ganado.

— Supones bien — todos comenzaron a reír, a excepción de Ron.

— ¿Podríamos hablar de otra cosa? — intervino el pelirrojo.

— ¿Y qué tendrá que hacer él por ti? — Harry se dirigió a Ginny, ignorando a su mejor amigo.

— Aun lo sigo pensando — admitió.

Al llegar al castillo, los chicos se dirigieron hacia sus respectivas habitaciones a dejar sus cosas. Mientras que Draco y Hermione se dirigieron hacia la entrada del gran comedor para esperarlos.

— ¿Pasa algo? — preguntó la castaña al verlo con un semblante pensativo. Él parpadeó varias veces y volteó a verla.

— Lo siento. Es que... n-no es nada.

— ¿Acaso no confías en mí?

— ¿De qué hablas? ¡Por supuesto que confío en ti! — con su dedo índice, tocó la nariz de Hermione — solo que... lo que diga tal vez suene demasiado estúpido... o muy cursi.

— Por favor, dilo.

— Está bien — tomó un poco de aire y suspiró pesadamente — lo que pasa es que... no sé... me siento muy extraño. Nunca me había sentido tan a gusto y feliz. Y me gusta. Me atrevo a decir que es la primera vez que me siento tan bien al tener amigos. Unos verdaderos amigos — a Hermione se le comenzaron a cristalizar los ojos — ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? Oh, linda.... ¡Por favor no llores!

Ella negó con la cabeza — no dijiste algo malo. Todo lo contrario. Dijiste unas palabras muy lindas.

— No es para tanto.

— Para mí significan mucho — el rubio se acercó y la abrazó fuertemente sin importarle que en ese instante muchos alumnos los observaban al dirigirse y al salir del gran comedor. Su corazón se aceleró y comenzó a sentir nervios y emoción — creo que les cuesta procesar la noticia de que somos amigos — habló sin separarse de ella. Hermione rodó los ojos y sonrió.

Harry y Ron intercambiaron miradas perversas, mientras que Ginny, Luna y Neville sonreían enternecidos al presenciar dicho momento.

— Creo que nos hemos perdido muchas cosas de esos dos en estas vacaciones — comentó Neville y los demás rieron.

~ ~ ~

La castaña se levantó temprano y se alistó para la primera clase (la cual era la clase de pociones). Agarró sus cosas y salió del dormitorio. Saludó alegremente a Ginny, quien se encontraba charlando con Fred cerca de la chimenea. El pelirrojo miró a la castaña con una sonrisa traviesa.

— Buenos días, Hermione. ¿A qué se debe tanta felicidad?

— ¿De qué hablas? — preguntó extrañada. Fred se acercó a ella y le apretó las mejillas — ¡suéltame! — esbozó una expresión molesta, la cual no duró mucho al ver la sonrisa de uno de los gemelos — creo que estás exagerando.

— No creo que Fred esté exagerando — intervino Ginny — luces más contenta que de costumbre.

— Yo creo que se debe a cierto Slytherin — apareció de repente George mientras sostenía un rollo de periódico — un Hurón, para ser específicos.

La castaña le quitó dicho rollo y golpeó a los chicos en el brazo (con un toque sutil) — Están dementes. Me voy — negó con la cabeza antes de marcharse, dejando a los hermanos Weasley mirándose perversamente. Salió de la sala común y comenzó a caminar por el pasillo, esperando encontrar a cierto rubio — "Quizás solo estaba dispuesto a esperarme durante vacaciones" — pensó. Sintió que alguien le dio un par de golpecitos en el hombro, volteó rápidamente y esbozó una mueca de manera indirecta al ver que se trataba de Harry y Ron.

— ¿Qué pasa? ¿Esperabas a alguien más? — preguntó el pelirrojo.

— No es eso. Es solo que... — hizo un gesto con la mano — olvídenlo.

Se dirigieron hacia el aula de pociones, y al llegar se percataron de que la mayoría de los alumnos estaban sentados en sus respectivos lugares. Tomaron asiento junto con Neville. Snape todavía no llegaba. Hermione se encontraba mirando fijamente los calderos, mientras recordaba los momentos en los que había convivido con Draco, tanto buenos como malos.

— ¿Está ocupado este asiento? — Era él.

Ella levantó la vista y enseguida la desvió, encogiéndose de hombros — puedes sentarte.

— Gracias, linda — sonrió ladinamente y tomó asiento al lado de la castaña — es un alivio — despeinó un poco el cabello al pasar su mano hacia atrás de la cabeza — pensé que ya había comenzado la clase. Ya hasta me estaba preparando mentalmente para que Snape me restara puntos.

— ¡Hasta crees! Si él siempre los favorece a ustedes las serpientes.

— Cierto — frunció un poco el entrecejo — Las ventajas de no ser de Gryffindor.

— ¡Oye! — ambos rieron.

— ¡Pongan atención! — los alumnos se callaron abruptamente y observaron a Severus Snape — demos la bienvenida a su nueva compañera de clase, la cual será parte de Slytherin. Puede pasar, señorita Eastwood — todos se asomaron curiosos hacia la puerta, esperando la aparición de dicha chica. 

Un amor imposible puede ser posible [Dramione] ©Where stories live. Discover now