LXVIII: Not a good day.

3.8K 397 243
                                    

Rodeé los ojos al notar a Oliver durmiendo sobre el césped. No era la primera vez que éste holgazaneaba mientras que todos los demás nos partíamos la espalda buscando provisiones o algo que pudiese servirnos, y eso era algo que me tenía fuera de mis casillas desde hace días.

Dejé caer mi mochila al suelo y resoplé con enojo mientras me acercaba a él.
—¿Piensas ayudarnos o seguirás ahí acostado sin hacer nada?

Oliver abrió uno de sus ojos, frunciendo su ceño levemente.
—He hecho lo que me han pedido. —Respondió borde, apuntando hacia un montón de ramas a unos metros de nosotros.

—Eso no es lo que te hemos pedido. —Exclamé entredientes.

—Lo es.

—¿Ves algo de fuego ahí? —No hubo una respuesta de su parte. —¿Sabes si quiera lo que es una fogata? —Pregunté cruzándome de brazos. —¿O es que tu cerebro de ratón no da para tanto?

—Deja de molestar, tonta sheriff. —Soltó, girándose hacia el otro lado para seguir durmiendo.

Respiré profundamente, reprimiendo mis ganas de patearlo una y otra vez. No iba a perder mi tiempo discutiendo con Oliver, pues pronto comenzaría a anochecer y en serio necesitaríamos esa fogata. Caminé hacia el montón de ramas secas y comencé a acomodarlas, dándoles una forma similar a la de una tienda de campaña mientras que de mi boca salían insultos apenas perceptibles.

Hoy sin duda, no era mi día.
Y eso era más que evidente ya que mi humor no era el mejor el día de hoy. Había pasado toda la tarde buscando provisiones y solo había logrado encontrar una jodida lata de sopa. Sí, literalmente una.
Y éste tampoco podía mejorar al ver a Oliver haciendo nada.

Él apenas tenía un mes con nosotros y ya quería echarlo de aquí. Nuevo récord.

Después de unos minutos, el fuego comenzó a consumir aquellas ramas. Me giré hacia Oliver, quien ahora se encontraba despierto mirando cada uno de mis movimientos. Una sonrisa forzada se formó en mi rostro, a la vez que elevaba mi dedo corazón en su dirección.

—Son muy buenos amigos, ¿no es así? —Escuché a Jack soltar con diversión a mis espaldas.

—¡Es un maldito holgazán! —Chillé, girándome a verlo. —Le tomó dos horas buscar ramas... ¡Y estamos en un jodido bosque!

Jack soltó una risa, negando levemente con su cabeza. Quitó la mochila de su hombro y la colocó sobre el piso para después sentarse sobre un tronco.
—¿Lograste encontrar algo?

—Una lata. Todo estaba caduco. —Bufé. —¿Qué hay de ti?

Él negó.
—Esperemos que Ashton y Eugene tengan más suerte y encuentren provisiones. Solo nos queda comida para un par de días... —Jack guardó silencio unos segundos, mirando hacia un punto en específico. —O quizás menos.

Fruncí mi ceño, siguiendo su mirada.
Y entonces lo vi.
Oliver se encontraba abriendo una lata de sopa.
No, no cualquier lata.
MI lata de sopa.

—Voy a matarlo. —Gruñí, acercándome a él a toda velocidad y quitando la lata de sus manos.

—Devuélveme eso. —Soltó borde, frunciendo el ceño.

—Es la tercera lata que tomas hoy. —Le respondí de la misma manera. —Tenemos pocas provisiones, por si no lo has notado. ¿O a caso creías que los demás comíamos poco para conservar la figura?

—Esa lata me pertenece, la he tomado yo. —Gruñó.

—¡Por dios! ¡La has tomado de mi mochila! —Le grité. —¡Nosotros trajimos esta comida mientras tú dormías como una jodida princesa! No te pertenece. 

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora