LXXIV: Reckless.

3.6K 374 108
                                    

—Solo hemos encontrado algunas latas. —Una mueca se formó en mi rostro al mirar la poca comida que yacía en mi mochila.

—Lo importante es que están bien. Mañana por la mañana buscaremos más. —Habló Rick, quien sostenía a Judith en sus brazos. —Esta vez iremos con ustedes, no quiero arriesgarlos de esa forma otra vez.

Asentí levemente, sentándome sobre el sofá y cruzando mis brazos sobre mi pecho, tratando de obtener un poco de calor. La noche había llegado y con ella, el frío.

Noté como Oliver se encontraba frente a la fogata, colocando un poco más de leña.
—Oh. Por. Dios. —Solté, el castaño giró confundido hacia mi. —¡Ya has descubierto el fuego! ¡Felicidades! —Hablé divertida, refiriéndome a nuestra discusión de hace días.

Su mirada se posó en mi, dándome una sonrisa arrogante y mostrándome su dedo corazón.

—Mierda. —Escuché a Jack murmurar al entrar para después sentarse a mi lado. —Estoy cagando hielos en este momento.

Una pequeña sonrisa se formó de mis labios ante su comentario, la cual se borró al instante al ver a Carl y Lydia entrar a la sala y tomar asiento. Seguido de esto, Ashton se nos unió, sentándose en la alfombra cerca de la fogata.

Podía sentir ambas miradas sobre mi en todo momento. Me removí incómoda sobre mi asiento, ignorándoles completamente.

Sin duda, mi cabeza estaba hecha un lío en estos momentos.

Escuché más pasos acercándose, seguido de algunos comentarios de gusto por la calidez de la habitación en donde nos encontrábamos.

—¿Qué es lo que traes ahí? —Preguntó Michonne, capturando mi atención. Levanté mi mirada, encontrándome con la castaña con una guitarra en sus manos.

—He encontrado esto en una de las habitaciones. —Le respondió. —No pude evitar recordar a Beth y creí que... no lo sé, tal vez podríamos cantar algo como ella lo hacía. —Murmuró con una pequeña sonrisa en su rostro.

Mi corazón se oprimió ante su comentario.
Sabía exactamente lo que era extrañar a un hermano.
Recordaba a Jesús todos mis días.
Era algo inevitable.

—¿Alguien de aquí sabe tocar la guitarra? —Preguntó Carol con una sonrisa en su rostro.

—Nop. —Negó Tara.

La habitación quedó en silencio, a lo que Maggie frunció sus labios.
—Sophie sabe. —Soltó Jack de repente.

Abrí mis ojos como platos.
—¿Qué?

Jack me miró.
—Una vez me dijiste que tu padre te daba clases.

—Si, cuando tenía como 5 años.

—Oh... —Respondió, llevando su dedos a sus labios. —Bueno, pero podrías intentarlo.

—Yo... —Intenté decir.

—¿Si, Sophie? ¿Podrías hacerlo? —Maggie preguntó, alzando la guitarra hacia mi.

Tragué saliva. Hacía demasiado tiempo que no tocaba algún instrumento. Tanto tiempo que posiblemente lo había olvidado todo.
Llevé mi mirada a Daryl, quien me asentía casi imperceptiblemente, tratando de motivarme.
Miré nuevamente hacia Maggie quien me sonreía con ilusión.

Oh, vamos.
¿Quién podría decirle que no a Maggie?

—Lo haré. —Asentí, tomando el objeto de sus manos.

Always | Carl Grimes (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora