Always | Carl Grimes (Pausada)

LII: Nightmares.

Abrí mis ojos lentamente.
Me senté sobre el suelo, notando pequeñas piedras y ramas secas encajarse en la palma de mi mano.
Miré a mi alrededor y mi corazón se aceleró al darme cuenta que estaba en medio del bosque.

Completamente sola.

El sol comenzaba a ocultarse entre los árboles, pronto anochecería.
¿Cómo es que había llegado aquí?

Tenía que volver a casa.

Comencé a caminar, tratando de recordar el camino a casa, pero era imposible.
¿Dónde mierda estaba?

Silbidos inundaron el bosque y un escalofrío recorrió mi espalda.

No.
No, ellos no podían estar aquí.
Las luces de autos se encendieron a mi alrededor.
No otra vez.

Mis manos se cerraron, apretando los puños a mis costados.
Miré a mi alrededor, tratando de encontrarlos.
Los silbidos siguieron pero yo no podía verlos.
Las luces de los autos me impedían mirar más allá de ellos.

—¡¿Qué es lo que quieren?! —Grité, furiosa. —¿¡Quieren matarme!? ¡Háganlo ahora!

Caí de rodillas al suelo mientras que cubría mi rostro con mis manos.
—Negan me quitó lo único que tenía. —Un sollozo salió de mis labios, las lágrimas corrieron por mis mejillas. No podía. No podía seguir. —Negan merecía morir, él lo merecía... —Murmuré mientras las lágrimas seguían cayendo.

—¿Soph?

Mi llanto cesó al escuchar aquella voz.

Estaba enloqueciendo.

Él no podía estar aquí...

—Sophie, mírame.

Retiré mis manos lentamente, y alcé mi mirada.

—¿Paul? —Solté en un susurro.

Él estaba parado a unos metros de mi. Su cabello largo caía sobre sus hombros. Vestía una camisa blanca y un pantalón negro.
Me levanté del piso y traté de acercarme a él.

¿Esto era real?

Extendí mi mano, tratando de tocarlo.
Sin embargo Paul retrocedió, frunciendo su ceño.

—¿Por qué lo hiciste? —Preguntó con molestia.

—¿Qué...? Paul, yo...

—¿Por qué no esperaste a que volviéramos?

—Estaban en peligro, teníamos que ayudarlos antes de que...

—¿Antes de que Negan lo asesinara como me asesinó a mi? —Me interrumpió con sarcasmo en su voz. —¡Preferiste a tu novio antes que a tu propia familia!

—¡Eso no es cierto, Paul! —Le grité.

—¡Claro que lo es!

—¡Yo no quería que esto sucediera! —Respondí en un sollozo. —¡Yo no quería que tu murieras!

—¡Si tan solo te hubieras controlado un poco, todo habría sido muy diferente!