everything i didn't say ❥ cake

Capítulo 2.

Ya era sábado, ¡yey! Iba a ir a la casa de Mike, e íbamos a pasarlo muy bien; comida, videojuegos y música, ¿a quién no le gustaba eso? Aunque, fuera de eso, me sentía mal. Tenía un muy mal presentimiento, y lo peor, es que era relacionado con Luke.
Estaba acostado en mi cama escuchando música, con pijama. Eran como las diez de la mañana. Sentí vibrar mi celular, indicando que me había llegado un mensaje. Era de Mike:

«Hey! A q hora llegas?»

Yo: Hmmm... no sé, a qué hora me invitas?

Mike: Quieres venir a almorzar?

Yo: Ok, nos vemos. A las... 13:30?

Mike: Ok ;)

Yo: Nos vemos :D

Me paré de la cama y me fui a bañar. Me demoré como 30 minutos. Adivinen porqué. Sí, estaba tratando de descifrar mi mal presagio.
Me vestí con una polera gris con azul, blue jeans y un beanie azul.
Bajé y divisé a mi mamá y a Mali.

—Hola —las saludé dándoles un beso en la mejilla a cada una.

—Hola, hijo, ¿cómo amaneciste? —preguntó mi mamá.

—Neh, no me quejo, ¿ustedes? —Sonreí.

—Bien —respondieron ambas.

Mi mamá me sirvió desayuno y luego volví a mi habitación a escuchar música hasta unas horas después. La casa de Michael quedaba cerca de la mía, por lo que llegué en menos de 15 minutos caminando.

Toqué el timbre y me abrió ¿el papá de Mike? Eso suponía.

—Hola, tú debes ser Calum, pasa —dijo amigable.

Me adentré y visualizé la casa, era linda y espaciosa. Me encontraba todavía viéndola, cuando algo interrumpió mi vista, un rubio ceniza de ojos verdes estaba en frente de mí.

—¡Hey! —me saludó sonriente.

—Hola. —Devolví el saludo con una pequeña sonrisa.

—¿Listo para comer la mejor comida hecha por la mejor madre del mundo?

Reí entre dientes, al igual que él.
En ese instante llegó su mamá.

—No es la mejor de todas, pero no sabe mal —Sonrió.

Nos sentamos a almorzar, y mientras comíamos conversábamos. Me cayó bien la familia de Mike.
Terminamos de almorzar y comenzamos a jugar en la Xbox de Mike. La mamá de éste nos trajo bebida, doritos, nutella, galletas, papitas... ¡De todo! Fue la mejor tarde de mi vida.

L U K E.

Esto ya era el colmo. ¿Cómo era posible que me hubiera dejado plantado de esa manera? ¡Habíamos acordado todo para que fuese la mejor tarde de nuestras vidas!
Bufé mirando el reloj. Todavía tenía algo de esperanza en que entrase por esa puerta automática de vidrio. La miré por un rato, deseando que los espíritus me escucharan... Definitivamente no llegaría. Suspiré. Tenía tantos sentimientos encontrados; rabia, enojo, decepción, resentimiento...
Llamaría a Calum para pedirle una explicación, pero, de verdad, no quería saber nada de él por ahora.

—Joven..., es su turno —me avisó alguien atrás mío.

—¿Uh? —No me había percatado de que estaba en la boletería.

Fui a la caja y compré dos boletos para «Los Vengadores», con la esperanza de que Calum se dignara a aparecer.
Compré unas palomitas de maíz y esperé en el pasillo a que se pudiera entrar a la sala.