Capítulo 3.

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Me paré de la cama y me dirigí hacia la ventana; la canción seguía sonando y el celular vibrando. Me apoyé en el marco de la ventana y finalmente, contesté.

—Hola —atendí cortante.

—Luke... —Con suerte se escuchó su voz.

—Sí, ¿qué quieres? —Continué hablando con el mismo tono de voz.

—Luke... —vuelve a decir—. Tú querías hablar conmigo.

—Oh, sí, ya no importa, puedes olvidarlo, tal y como lo hiciste conmigo en el cine —Dirigí mi vista hacia la nada, pensando si colgar o no.

—Mierda. —Lo escuché susurrar—. Luke, perdón, se me había olvidado, yo-

—Estabas con Michael, entiendo —Sonreí falsamente, sabiendo que él no podía verme—. Espero que te hayas divertido con tu nuevo mejor amigo. Adiós.

—No, Luke, esper... —Colgué antes de que pudiera seguir hablando.

Eso fue tan de película. Suspiré. Bueno, no sabía si a eso se le podía llamar suspiro, ya que había sido con mucha fuerza. Supongo que fue un grito ahogado o un bufido. Sí, eso. Miré mi celular y lo tiré con fuerza a mi cama, ahora sí, dando un grito. Me senté en ésta, tomé mi cabeza entre mis manos, mientras, extrañamente, lágrimas salían de mis ojos. Intentaba calmarlas, pero me era imposible.
Escuché la puerta abrirse, dirigí mi mirada hacia ella y entre lágrimas, logre divisar a mi madre acercarse hacia mí rápidamente.

—Hijo, ¿qué pasó? ¿Por qué lloras, bebé? —Niego—. ¿No? ¿No qué? Hijo, habla.

Volví a negar.

—No-no lo sé, sólo sé que Calum tiene la culpa. —La miré a los ojos; la veía borrosa.

—Está bien, tranquilo. Tranquilo. —Me abrazó, apegándome a ella—. Todo va a estar bien.

• • •

Pasó todo el fin de semana, Calum no paraba de llamarme, a lo que yo contestaba con simples respuestas, para luego colgar.
Lo que me sorprendió fue que en ningún momento se dignó a venir, sólo eran simples llamadas o mensajes de whatsapp. En ese momento me empezaba a preguntar si en realidad éramos amigos...
Suspiré. Hoy lo vería. ¡Maldición, maldito colegio! ¿Por qué no me dejaban faltar? Bueno, no importaba, porque de todas formas me lo tendría que encontrar, tarde o temprano; prefería tarde, definitivamente.
Bajé ya listo a tomar desayuno. Vestía el uniforme del colegio; camisa blanca, un pantalón beige y zapatos. Tomé tranquilamente desayuno junto con mi familia, tratando de demorarme lo más posible, para llegar tarde al colegio y tener que verle menos la cara a Calum.
Tocaron el timbre y mi padre fue a abrir.

—¡Calum! ¿Qué haces aquí? —Eso pareció como una señal de mi padre para que me preparara, pero, sinceramente, no lo estaba, no todavía.

Empecé a entrar en pánico. Jack y Ben me veían raro. Claro, ellos no entendían. Mi mamá me sacó de la cocina y me llevó a la sala de estar.

—Luke, hijo, no sé que te habrá hecho Calum, pero debes solucionarlo, y todo se soluciona hablando, ¿bien? —Asentí.

Volví a suspirar y comencé a caminar a mi habitación.

—Hijo, ¿a dónde vas? —preguntó tratando que no se escuchara muy fuerte.

—A buscar mi mochila, de seguro quiere que nos vayamos juntos —Sonreí levemente. Mi madre asintió.

Fui por mi mochila y bajé, ahí me esperaba mi papá. Me hizo señas de que Calum estaba en la puerta. Asentí. Caminé lentamente hacía la puerta, Calum me estaba mirando, yo sólo miraba el suelo o a veces lo miraba de reojo. Vi que abrió la puerta y salió, lo seguí y cerré la puerta detrás de mí.
Empecé a caminar antes que Calum, tratando de evadir conversación alguna. Pero el moreno me alcanzó y habló enseguida.

everything i didn't say ❥ cakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora