Prólogo.

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C A L U M.

Desperté agitado, sudando y temblando, sintiendo escalofríos recorrer todo mi cuerpo. Esa pesadilla de nuevo. Siempre que discutía con él tengo esa pesadilla. Aunque al final siempre nos arreglamos, mi gran temor era que sucediera lo que en ella pasaba.
Me revolví el pelo, y me restregué los ojos. Luego, me levanté de la cama y me dirigí al baño de mi habitación. Me lavé la cara con agua fría, y me sequé con una toalla. Después me fui a vestir, era temprano, entre las cuatro y cinco de la mañana, al parecer, aunque el sueño nunca me llegó de vuelta. Me vestí con el uniforme del colegio y bajé.
En la cocina me serví un plato de Zucaritas, luego me fui a sentar al sofá del living. Puse la TV aunque sabía que a esa hora no había nada interesante. Me conformé con Hora de Aventura, no me quejaba, de todas maneras, era divertido.
Estuve aproximadamente una hora viendo capítulos de la serie, hasta que escuché pasos bajando la escalera. Miré hacia atrás y vi a mamá. Ella no se sorprendió al ya verme despierto, no era la primera vez que despertaba antes que todos.

—¿Ya desayunaste? —preguntó mientras caminaba a la cocina.

—Síp, Zucaritas —respondí mientras le mostraba el plato donde había comido.

Hubo un silencio incómodo, en el cual sólo sonaba de fondo la televisión.

—¿Por qué Mali no ha bajado aún? —pregunté al ver la hora.

—Se enfermó, no irá a clases —respondió ella desde la cocina.

Después mi mamá vino a sentarse a mi lado a ver la tele mientras desayunaba. No pasaron ni 5 minutos hasta que sonó el timbre. Mi mamá se levantó y fue hacia la puerta.

—¡Luke, qué gusto verte! ¿Qué haces aquí?

Abrí los ojos como platos al escuchar quién había venido.

—Uhm... Vine a ver a Calum. Quería que fuéramos juntos al colegio. —Escuché su grave voz decir. Sonó como si lo hubiera dicho avergonzado.

—Claro, cariño. Ya le digo... ¡Calum! ¡Luke está aquí! —gritó mamá, a lo que yo me levanté y fui a buscar mi mochila, guardé mi billetera en mi bolsillo y fui a despedirme de Mali. Luego bajé, me despedí de mamá y salí cerrando la puerta tras de mí.

—Hola, Luke —saludé mientras hacía un ademán con la mano.

—Hey... —dijo simplemente mientras que hacía el mismo ademán que yo, para luego guardar las manos en los bolsillos.

Ese fue el único diálogo que tuvimos en los primeros minutos de nuestra caminata hacia el colegio. Se notaba que ninguno se atrevía a hablarle al otro. Pero, luego de un rato, Luke logró iniciar una conversación.

—Perdón por lo de ayer —dijo encogiéndose de hombros y mirando al suelo.

—No te preocupes, en parte también fue mi culpa... Sé que no te gustan las bromas pesadas —dije mientras me rascaba la nuca.

Después ambos reímos para después quedarnos en silencio. Después de unos minutos, finalmente, llegamos al instituto. Entramos y fuimos directamente hacia la sala de clases. Dejamos nuestras cosas en los respectivos puestos de cada uno. Luego nos comenzamos a hablar:

—A todo esto... ¿Cómo estás? —pregunté sonriendo.

—Bien, muy bien, ¿y tú? —respondió.

—Bien... —Lo miré con suspicacia—. ¿Por qué estás tan bien?

—Porque va a llegar un chico nuevo. Quiero conocerlo —dijo sonriendo haciendo que sus hoyuelos se marcasen.

—Ah —contesté cortante.

Luke me miró confundido pero luego miró detrás de mí y sonrió. Miré donde él lo estaba haciendo y fruncí el ceño.

Era Michelle Roth, la chica más "linda" del instituto. Yo diría la más puta, pero bueno.
Le pegué a Luke riendo, disimulando mi enojo. Él me miró y rió también.

—Lo siento, es que es muy linda —dijo como idiota.

—Sí, claro. Hermosa... —dije sarcásticamente y me golpeó en el hombro, luego fuimos a nuestros asientos, ya que había sonado el timbre.

Enseguida llegó la profesora con un chico. Nunca lo había visto por aquí, así que suponía que era el chico nuevo. Era lindo. Tenía el pelo rubio ceniza y los ojos de un tierno color verde, asimismo, no pudo pasar desapercibido su muy largo flequillo.

everything i didn't say ❥ cakeWhere stories live. Discover now