Capítulo 14.

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Seguimos besándonos por un largo rato. ¿Qué mierda estoy haciendo? Está mal, tengo novio y él también... Está mal, mal, mal, mal, mal, mal, mal, MAL. Pero se siente tan bien. Mierda.
Luke deja mis labios, para dirigirse a mi cuello, lo besa, muerde y succiona, quiero morir. ¿Dónde aprendió eso? Me recuesta en la cama para seguir haciendo lo suyo.
«Por Dios, Calum, detenlo, no puedes hacerle esto a Michael», me digo, pero simplemente no quiero que pare.
Lo peor de todo esto es que no es caliente; es demasiado tierno como Luke me besa. Maldito rubio. Sonrió y me besa nuevamente en los labios.
Lo alejo de mí después de unos segundos, por lo que me mira algo desconcertado.

—¿Qué-qué pasa? —Se endereza sentándose bien.

Mi sonrisa de hace unos minutos no está, me siento terrible. Ahora mi rostro demuestra pena, y unas lágrimas quieren salir de mis ojos. ¿Cómo pude hacerle esto a Michael? Dios, soy la peor persona del mundo.

—Luke, lo siento. Nada de esto debió pasar, yo-yo no siento nada, en realidad, lo siento mucho. —Una lágrima se escapa sin permiso de mi ojo derecho. Me paro rápidamente de la cama y camino hacia la puerta, antes de irme digo algo que no creí decir nunca—. Creo que Michael estaba haciendo lo correcto al alejarte de nosotros... Y creo que, lo mejor es que en serio lo hagas.

Salgo corriendo escuchando los gritos de Luke. Sé que el me sigue, no se rinde tan fácil, así que corro más rápido y abro la puerta justo en el momento en que otra persona la abre. Liz está al otro lado de la puerta.

—Calum, hijo, ¿qué haces aquí? —Me mira un poco más y pregunta—. ¿Estás bien?

—Calum. —Interrumpe Luke, llegando a mi lado.

—¿Qué está pasando aquí? —cuestiona la rubia.

—Me tengo que ir, permiso —Me abro paso entre las bolsas que la mamá de Luke trae y logro salir.

—Cal... Calum —grita el ojiazul—. Calum.

No me giro a verle, no puedo, no quiero. Llego rápidamente a la casa y entro. Subo corriendo a la habitación, me tiro en la cama y me pongo a llorar.

—¿Por qué ahora, Luke? ¿Por qué? ¿Por qué no hace cuatro malditos años? —grito con furia y pena, para poder desahogarme.

Estoy alrededor de una hora y media llorando y gritando. Me siento muy mal, ¿por qué hice lo que hice? Michael nunca me habría hecho eso.
Y cada vez me daba más pena, porque no sabía qué hacer: si decirle lo que pasó a Michael de una vez o esperar a que él se entere solo. Lo mejor seria contarle, pero... Ay, no hay peros, de todas formas todo se va a ir a la mierda. Por Luke. Por culpa de Luke toda mi relación se va ir a la mismísima mierda. En cierto modo, también es mi culpa, pero... No lo sé. Estoy muy frustrado.

Escucho la puerta abrirse en el momento en el que estoy en el baño, lavándome la cara y viendo el chupón que Luke dejó levemente marcado en mi cuello. Sé que es Michael por lo que me pongo nervioso.

—¿Calum? —pregunta gritando éste.

No respondo. Simplemente camino hacia la escalera y bajo lentamente. El pelinegro no está abajo por lo que supongo que está en la cocina. Camino directamente hacia allí.

—Cal... —menciona mi nombre con dulzura Michael, acercándose a mí.

Intenta darme un beso en los labios, pero corro la cara, ya que no me siento merecedor de sus besos. Me mira extrañado.

—¿Qué pasa, amor? —Acaricia mi mano y luego mi cara.

Cierro los ojos, tengo una inmensas ganas de llorar, si todo va a terminar aquí quiero que termine bien, quiero que Michael se entere de lo que pasó por mí, no por alguien más, porque yo la cagué. Yo. Yo. Yo. Y solamente yo.

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