CAPÍTULO 8

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Eda:

La cuchara que había en mi boca estaba volviendo loco a Serkan, y lo sabía porque no apartaba la mirada de como lamía cada cucharada de yogur. Con cada movimiento lento que hacía con la lengua podía notar como tragaba saliva, y aunque habíamos salido de la cama hace tan solo una hora, sabía que estaba pensando en volver a lanzarme en ella.

- Al menos deberías disimular que no intentas volverme loco, ¿sabes?- sonrió, poniéndose en pie para ir a la nevera-
- No sé de lo que me hablas- sonreí con picardía y lo apunté con la cuchara, ganándome una carcajada- Y ya que estás ahí deberías traer chocolate, estoy hambrienta
- Pensaba que tenías una dieta súper estricta que seguir- frunció el ceño, alzando la tableta de chocolate con almendras-
- Creo que he hecho el cardio suficiente para permitirme disfrutar de un poco de chocolate, o de todo ese chocolate- me encogí de hombros y él regresó a la mesa del comedor-
- No seré yo quién te prive de los pequeños placeres de la vida, pero... comparte conmigo un poco- sonreí, creo que no había dejado de sonreír ni un solo instante-

A pesar de la burbuja de felicidad en la que estaba sumergida, sabía que Serkan quería hablar conmigo de algo importante, lo sabía porque aún con la calma que quería aparentar, no dejaba de jugar con sus dedos.
Y quería retrasar ese momento todo lo posible por miedo a que rompiese la magia que parecía flotar entre nosotros, aunque sabía que de nada serviría si el final era el mismo.

- Creo que es hora de que me cuentes lo que pasa por tu cabeza- no lo miré, abrí la tableta de chocolate y me concentré en empezar a cortar cuadrado por cuadrado- ¿Cuál es el problema?
- El problema... es la llamada de anoche- lo dijo suavemente, apoyando las manos en la mesa y su cabeza sobre ellas- Me inquieta.
- Oh- no pude decir otra cosa, manteniendo la concentración en cortar el chocolate milimétricamente y no en el escalofrío que me provocaba recordar la voz de ese hombre- A mí tampoco es que me hiciera mucha ilusión recibirla- intenté bromear, pero sonó más seco de lo que pretendía-
- Lo sé, hayatim- alcé la mirada a tiempo para verlo poner un gesto raro ante el apelativo cariñoso, yo tuve que contener el principio de sonrisa en mis labios-

Entendía la preocupación de Serkan, la entendí desde el momento en el que la planteó. Era hipócrita por mi parte no reconocer que también sentía miedo, al fin y al cabo era mi vida la que estaba en juego. Y también sabía que esto que existía entre nosotros complicaba todo, por más que haya intentado convencerlo de lo contrario. Por lo poco que estaba llegando a conocerlo, sabía que su instinto le decía que, después de la explosión y la llamada de anoche, necesitaba tener todos y cada uno de los sentidos alerta durante las dos semanas que nos quedaban por delante. Quizás ese era el principal problema, que si perdía la cabeza pensando en mí de la misma forma en la que yo la estaba perdiendo pensando en él, también podría ponerme en peligro a mí.

- Háblame del tono de voz del hombre que te llama- lo ordenó, volviendo a la función de guardaespaldas que tanto odiaba y admiraba en él-

La inquietud se asentó en mi estómago ante la idea de tener que volver a relatar todo, y tuve que centrar la vista en las últimas porciones de chocolate para evitar querer llorar.

- Descríbeme su voz, Eda- también sabía que Serkan conocía mi pavor a hablar sobre el tema, así que tenía que presionarme para tener algo más de información-
- Es una voz extremadamente baja, casi susurrante- contesté con desgana, partiendo el último cuadrado de chocolate- Cuando habla lo hace muy, muy despacio, como si fuese a cámara lenta. Y... siempre usa palabras cariñosas como "amor" junto con mi nombre, le gusta repetir mi nombre...
- Tanto Ferit como yo sospechamos que puede utilizar un sintetizador para disimular su verdadera voz- lo miré con sorpresa-
- ¿Y por qué necesitaría disimular...?- la pregunta murió en mis labios al ver la mirada de pena en Serkan- ¡No! No puedes estar insinuando lo que creo...
- Eda, es una probabilidad que barajo y...
- ¿Me estás queriendo decir que la persona que hace las llamadas, aquella que ha intentado matarnos, no es un fan obsesionado conmigo? ¿Qué se trata de alguien cercano a mí?
- Es posible- respondió, girando su cuerpo hacía mí-
- ¿Pero quién?- fruncí el ceño y llevé uno de los cuadrados de chocolate a mi boca, el sabor no fue lo esperado-
- Es alguien que quiere asustarte, y que lo está consiguiendo- asentí, cerrando los ojos- Alguien que está obsesionado contigo y quiere controlarte... quizás... alguien como Deniz- me puse en pie con rapidez y lo fulminé con la mirada-
- ¡No! Eso sí que no- negué, enfurecida- Deniz jamás sería capaz de algo así, confío en él plenamente, es mi mejor amigo.
- Precisamente por eso, Eda- se puso en pie y me sujetó con ambas manos por los hombros- Es tu mejor amigo, y nada más, algo que lo puede volver loco si tenemos en cuenta que está enamorado de ti. Y supongo que lo ha estado todo este tiempo...
- ¿Crees que no sé de sus sentimientos hacía mí?- me moví con brusquedad para evitar su tacto- ¡Claro que lo sé! Y lo sé porque él mismo me lo ha confesado...- suspiré con pesadez- ... sabe que no puedo amarlo de la misma manera, y que el hecho de que sus sentimientos no sean correspondidos no arruinará nuestra amistad- Serkan giró la cabeza y mordió el interior de su boca-
- No puedes ser amiga de un hombre que está enamorado de ti.
- ¡Claro que puedo!- repliqué, no iba a dejarlo ser un troglodita en este tema- No soy una persona que pueda permitirse tener muchos amigos debido a mi trabajo, así que no pienso dejar de ser amiga del único hombre en el que confío y al que admiro simplemente porque me quiera de una manera no correspondida.

GOLDEN THINGWhere stories live. Discover now