CAPÍTULO 18

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Eda:

Con los ojos cerrados puedo escuchar un disparo, después otro, y otro seguido. Segundos después escucho el grito de júbilo de Deniz, y a mi mente vienen todos los recuerdos de lo sucedido.
El camerino, la sangre en el cuchillo, Deniz verificando que Serkan estaba muerto… Serkan…

El olor férreo de la sangre se me metió por la nariz, y de pronto, el sonido de una persona gimiendo con desespero llegó a mis oídos. Noté las manos de Deniz en mis hombros, pero no dije o hice nada. Había colocado algo en mis ojos para que no pudiese ver, y mis manos estaban atadas tras mi espalda a la silla en la que me había sentado.

- Es hora de que veas mi mayor obra maestra, Eda Yildiz- susurro Deniz en mi oreja antes de deshacerse de la venda que cubría mis ojos.

Lo que observé me dejó petrificada, y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
Todo estaba preparado como si se tratase de un set de fotografía: la cámara, los focos, paneles... y lo más importante de todo, el modelo. Serkan estaba atado de pies y manos, de manera vertical contra una especie de X de madera. Su boca estaba cubierta con un trapo… no, no un trapo. Deniz había rasgado su camiseta justo en la zona dónde no dejaba de sangrar y había cubierto su boca… la sangre que olía venía de Serkan.

Miré a Deniz, el hombre que había sacudido mi mundo entero, con toda la rabia que podía dedicar hacía una persona, pero sus ojos color ocre me respondieron con un brillo perverso antes de comenzar a caminar en dirección a Serkan.

- ¿Puedo contaros una historia divertida, parejita?- cualquier persona que lo escuchase jamás imaginaría que tanta suavidad era engañosa, que se ocultaba el mal bajo su tono melódico-
- Que te den- fue lo único que pude decir, y él arqueó una ceja mientras bajaba el trozo de tela de la boca de Serkan, que gruñó-
- Que ordinaria, mi amor. Veo que se te han pegado los modales de tu guardaespaldas- se echó a reír- Confiad en mí, os encantará oír esta historia.

Lo veo mover el cuchillo entre sus manos, moviéndose entorno a Serkan con una sonrisa que no me inspira nada bueno. Quiero llorar al verlo indefenso y herido, por mi culpa.

- La historia tiene que ver con la mujer de la que tú ni yo parecemos poder mantenernos alejados- señala a Serkan con el cuchillo, que casi no puede enfocar la mirada. Aún así se retorció, flexionando sus músculos mientras Deniz lo observaba como si fuese un animal en cautividad- En un principio yo también creí que no era merecedor de ella, acepté su amistad, me conformé con eso… pero cuánto más la conocía a ella, y más veía al resto de la humanidad, comprendí que solo yo la merecía.
- Estás loco- farfulla Serkan, entonces Deniz hace un pequeño corte en su brazo que me hace sollozar por impotencia-
- Cuando comprendí que el mundo no la merecía, supe que tenía que poseerla por primera y última vez, yo y nadie más. Ella me quería, podía ver el amor en sus ojos- Serkan se echó a reír a pesar de la mueca de dolor-
- Ella puede que te haya llegado a querer, pero solo como un amigo- lo estaba provocando, tenía que callar- Ahora… bueno, desde hace un tiempo cree que eres un maldito psicópata. Ella sola vio tus intenciones, y se le da muy bien saber de qué pata cojeas.

Deniz gruñó antes de golpear con fuerza a Serkan sobre la herida en el abdomen, que parecía no querer dejar de gotear. Pero… pero si Serkan pasaba más de una hora sin dar el aviso de que todo estaba bien, si no lo hacía, rastrearían su móvil y vendrían en nuestra búsqueda. Esas eran las instrucciones, solo debemos soportar otra hora antes de que llegasen los refuerzos.
Seguí retorciendo mis muñecas en las cuerdas, intentando liberarme. Serkan se quedó quieto, colgando, pero pude ver como con los últimos esfuerzos había logrado aflojar el nudo que ataba sus piernas. Deniz se acercó un poco a él.

-Puede que sea así, ya no me importa que me odie- bramó- La mantuve colgando de mis hilos todos estos años, de mi altar, y fue una sensación preciosa y abrumadora. Me pareció que podría ser la mujer perfecta.

GOLDEN THINGWhere stories live. Discover now