Eda:
-¿Entonces estáis juntos?- Ceren me miraba con incredulidad, como si no creyese que esas palabras saliesen de mis labios- ¿Juntos, juntos, como una pareja, como si fueseis novios?
-Creo que sí, que eso es lo que define el estar juntos- asiento con una sonrisa enorme en los labios-
-¡Eda!- grita con fuerza-
Pronto estoy entre sus brazos, dando pequeños saltitos y gritos que hacen que mi felicidad vaya en aumento.
Desde el momento en el que Serkan me dejó en casa de Ceren no he podido dejar de sonreír, por un momento podía olvidar que nuestra situación era la que era y simular ser una joven normal que por fin consigue estar con el amor de su vida sin problemas de por medio.
-Me alegro mucho de que por fin hayáis dejado los miedos atrás y estéis siendo felices- dice mientras se aleja un poco. Ver la verdadera ilusión en sus ojos encoge un poco mi corazón-
-Si la situación fuese mejor seguro que la felicidad iría en aumento, pero ambos estamos a la espera de que pase cualquier cosa, y solo puedo rezar para que no sea nada malo- y con ese comentario toda la felicidad que había demostrado, desaparece de un plumazo-
-Ya… es que parece que nada sucediese desde donde yo lo veo, pero vosotros tenéis que estar viviendo en un infierno de incertidumbre- asiento, tumbándome en el sillón de mi amiga-
La felicidad jamás iba a ser completa hasta que encontrásemos a la persona que estaba detrás de todo este miedo, de momento, únicamente podía ilusionarme con los pequeños momentos en los que Serkan parecía olvidar que tenía un potencial asesino tras de mí y probablemente de cualquier persona a la que tuviese un más mínimo de cariño.
-Todo esto me recuerda… que…- no sabía como decirle esto sin que sufriese un ataque de pánico-… de aquí en adelante Serkan y yo hemos decidido que sería recomendable que algunas de nuestras personas cercanas tengan…
-¿Tengan qué? Eda, me estás poniendo nerviosa- se sienta a mi lado, obligándome a erguirme-
-Que tengan vigilancia durante unos días… como mucho unas semanas- disminuyo la voz a medida que voy diciendo cada palabra, observando el rostro de mi mejor amiga en busca de algún signo que indicase que le iba a dar un infarto o algo similar-
-Oh- fue lo único que dijo-
Ceren se puso en pie, con el ceño fruncido y mirada perdida, como si intentase asimilar y comprender las palabras que habían salido de mi boca. Prefería que hubiese chillado o algo por el estilo, no que permaneciese con esa calma impasible.
Pequeños pasos de un lado para el otro, manos unidas y amago de intentar hablar, pero después de vuelta a todos esos pequeños pasos.
-Entonces…- comenzó a decir-
-¿Entonces…?- quería agarrarla por los brazos y moverla de un lado a otro-
-¿Significa eso que estamos en peligro?- ahora entendía que era lo que sentía, miedo. Conocía ese sentimiento-
-Ceren… no lo sé, no sé si simplemente lo hizo para asustarnos o…- me pongo en pie, tomando las manos de mi mejor amiga- No va a ocurrir nada, de verdad que no, Serkan va a encontrarlo antes de que algo pueda sucedernos.
Asiente lentamente, dejando caer su cabeza hacía delante y apoyándola sobre mi hombro, buscando el mismo consuelo que yo había necesitado a lo largo de todos estos meses. Así que la abracé con toda la seguridad y cariño que podía emplear en un momento como ese, una promesa silenciosa de que no permitiría que nada le sucediese.
Serkan:
El vaso que he lanzado contra una de las paredes se convierte en mil trozos de cristal mientras cae al suelo pieza por pieza. Casi podía ser irónico, porque así era como sentía que me golpeaban día tras día.
Ferit no parece sorprenderse por mi arrebato de rabia al no encontrar nada nuevo entre todos los informes que llevábamos parte de la mañana analizando, absolutamente nada relevante para avanzar en el caso.
Fuese quién fuese había cubierto bien sus huellas desde un principio, tanto así que podía permitirse realizar llamadas con la total libertad de que no sería atrapado.
