CAPÍTULO 14

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Serkan:

Eran muchas las ocasiones en las que había pensado que la belleza de Eda no podía ser superada, ni siquiera por ella misma, pero también era una más de esas ocasiones en las que tenía que tragarme mis propias palabras ya que la propia Eda Yildiz insistía en seguir siendo inalcanzable para el resto de los humanos.

La visión que tenía ante mis ojos no era la de esa mujer que conocí un mes atrás, aterrada por unas llamadas que no la dejaban dormir por las noches o que fingía ser alguien que no era. Ahora era alguien completamente diferente, más madura, más segura de sí misma… tanto que era imposible no quedar boquiabierto ante la imagen de ella, totalmente vestida de negro, con unas gafas transparentes y un arma en la mano.
No es que estuviese muy a favor de enseñarle a disparar un arma, pero ahora que la veía con ella en la mano, no podía evitar pensar en lo poderosa que era la imagen.

- Estoy lista- negué con la cabeza-
- Lo mejor será que antes de empezar te pongas esto en las orejas- sujeté los auriculares que impedirían que escuchase del todo el ruido de la bala- Si no lo haces vas a tener un pitido bastante horrible durante largas horas.
- Cierto- sonrió con timidez, como alguien que ha olvidado una cosa bastante obvia para el resto. Se los colocó, y volvió a todo ese positivismo que había segundos antes- Ahora sí, estoy lista.

Asentí, colocándome en la zona que me correspondía para la práctica de tiros. No es que lo necesitase, pero prefería que Eda pudiese ver la postura, la forma en la que coger el arma o como actuaría el cuerpo una vez que disparase. De verdad, odiaba la idea de que tuviese que aprender a utilizar un arma, pero dadas las circunstancias no me parecía una idea tan descabellada por su parte.

- Disparar no es únicamente cuestión de tener un arma estupenda- empecé a explicar- La puntería debe entrenarse, tener buen ojo no es lo único que importa a la hora de disparar, hay que tener disciplina y respeto por lo que sostenemos entre nuestras manos. Cada movimiento, cada gesto, cada mecanización de cada acto que se hace tienen que estar perfectamente coordinadas y ejecutadas para obtener el disparo perfecto.
- Haces que suene complicado- hizo un gesto con la boca que me hizo sonreír-
- Es que lo es, no quiero que tengas la idea contraría- asintió con exageración- Tampoco que te lo tomes a broma- añadí ya un poco más serio- Lo primero que debes saber es que el arma debe estar perfectamente alineada con la mano que la sujeta- coloqué la pistola frente a mí con una sola mano y ella imitó el movimiento- Muy bien.
- Continúa, profe- volvió a bromear, y la miré con rudeza, así que hizo el gesto de cerrar una cremallera sobre sus labios-
- El dedo pulgar ha de estar pegado a la culata y justo por debajo del percutor- los coloqué, y examiné con detenimiento como ella hacía lo mismo- Con la otra mano afianzamos la posición de la mano dominante, nunca la utilizamos para apoyar el peso del arma, ¿entendido?- asintió, copiando mis gestos con precisión- Ahora hay algo que poca gente sabe, y es la importancia de la posición de los pies.
- ¿Cómo?- pareció confundida-
- Siempre adelantamos el pie contrario a la mano dominante, unos 10 o 15 centímetro por delante, y los separamos a la misma altura de los hombros, así- coloqué los pies según mi fisiología, después caminé a su cubículo para ver como lo hacía ella- Ábrelos un poco más… así- volví a mi lado-
- En las películas todo parece mucho más fácil, siento que no podré recordar nada de esto si en algún momento necesito utilizarla- negué con la cabeza, esperando que ese momento jamás llegase-
- Ahora llega la hora de apuntar, y lo hacemos con el ojo dominante, que existe, suele ser el mismo que la mano- cerré el ojo derecho- Y nos fijamos en que el arma tiene una pequeña mira en el centro que nos indica la dirección. El dedo índice debe estar justo en el centro el gatillo o afectará a la dirección del disparo- la vi mirar su dedo y sonreí de medio lado- Y… disparas.

Di varios disparos en la diana, varios de ellos cerca del centro y uno justo en la diana. Después miré a Eda, que parecía totalmente ajena a todo, y entonces dio un disparo, después otro y por último el tercero. Cuando enfoqué la vista en la diana me sorprendió ver que había dado en ella, no cerca del centro, pero sí en ella.

GOLDEN THINGHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin