CAPÍTULO 12

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Serkan:

Dos días atrás rezaba por encontrar cualquier motivo para llamar a su puerta, cualquier motivo para volver a verla y dejar de soñar con ella cada noche.
Era como un fantasma que me perseguía allá dónde fuese.
Primero en mis sueños, después en carteles publicitarios, revistas, televisión... no había manera de poder sacarla de mi cabeza.

Pero eso era hace dos días, hoy no hubiese preferido ningún motivo para volver a verla, mucho menos este.

Cuando entré en el hospital estaba completamente fuera de mí, empujé a varios enfermeros y médicos, grité, pateé cosas cuando no quisieron dejarme entrar a verla, cuando no me quisieron decir en qué estado se encontraba.
No fue hasta que su tía apareció y autorizó mi entrada que me dejaron pasar. Tampoco entendía la forma en que tuvo de mirarme esa mujer, pero no me importaba, solo podía pensar en llegar hasta Eda.
Y desde entonces no había soltado su mano. Sentado en una de esas incómodas sillas de plástico del hospital, en una posición horripilante y firmemente sujeto a su mano, nada ni nadie iba a conseguir apartarme de ella hasta que abriese los ojos.

- Serkan Bey- la voz de su tía consiguió que me levantase de la silla, pero no solté la mano de Eda- Es bastante tarde, creo que será mejor que vaya a casa y descanse.
- Estoy bien, no se preocupe- como había pensado minutos antes, no iba a alejarme de su lado, no de nuevo-
- Entiendo...- y volvió a mirarme con curiosidad, como juntando piezas en su cabeza- ¿Sabe una cosa? Eda parecía una mujer bastante diferente después de su viaje a Antalya, muy lejos de esa chica incapaz de mostrar sus emociones, muy lejos de no abrirse al resto... al contrario, era como si volviese a ser ella después de tanto tiempo... me preguntaba si usted tenía algo que ver con ello.
- Yo... no sé de lo que me habla, Ayfer Hanim- la voz salió con duda de mis labios-
- No hace falta que responda, al menos no con palabras porque...- dirigió su mirada a cómo sujetaba la mano de Eda, pero ni aún así me atreví a soltarla-... creo que sus acciones dejan todo bastante claro.
- Ayfer Hanim, entre Eda Hanim y yo no existe ningún tipo de relación- y era cierto, no la había-
- Eso no quiere decir que no exista ningún tipo de sentimiento- suspiró con fuerza- Igual que Eda volvió a sonreír, también volvió a llorar. Han sido muchas las noches en las que la he visto mirando al cielo con lágrimas en los ojos desde ese viaje, como si hubiese algo que echase en falta... supongo que ese algo era alguien, y era usted.
- Se equivoca, Eda no... ella...- no hablé porque yo también había llorado muchas veces ante la impotencia de no poder hacer nada por tenerla a mi lado-
- Si va a sujetar su mano espero que no la vuelva a soltar- sentenció, abriendo la puerta de la habitación y saliendo de ella-

Mi vida había sido un completo infierno sin ella discutiendo cada una de mis acciones, enfrentándose a mí, mirándome con deseo, sonriéndome, besándome, acariciándome... Estaba casi seguro de que había pasado un mes entero aguantando la respiración y únicamente la había soltado al volver a tomar su mano entre las mías.
Y aún así había estado tan cerca de perderla, de no volver a tocar su mano o estar en su presencia. Aquel pensamiento me aterrorizaba, no haber estado ahí para protegerla me aterrorizaba, pensar en perderla de nuevo me aterrorizaba.

- Voy a encontrar a la persona que te ha hecho esto, mi amor- susurré, llevando su mano a mis labios- Voy a encontrarlo y va a pagar por ello, te lo prometo.

Eda:

¡Ay!
Quizás ese fue el primer pensamiento que apareció por mi mente cuando recuperé la conciencia. Tal vez también pensé que todo mi cuerpo dolía, de verdad, incontrolablemente.
Lo segundo que pensé fue que aquella habitación era realmente blanca y que mis ojos no se iban a acostumbrar con facilidad a tanta claridad. A lo mejor incluso necesitaría gafas de sol para estar en aquella especie de camilla.
Y lo tercero que pasó por mi cabeza fue que alguien estaba sujetando mi mano con fuerza, y que su mano era caliente, y suave... y que reconocería esa forma de encajar en la mía entre miles de personas.

GOLDEN THINGWhere stories live. Discover now