Aire

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Caminaba por el bulevar con destino a ninguna parte. Con la vista perdida en cualquier lugar.  Estuve pasillaneando por la acera hasta que me tropecé con un rostro a la distancia. Fije la mirada en ellos que también me observaban desde hace rato, pues al descubrirla en su excursión, desvió el iris con cierta timidez ¿Acaso nos conocemos? Pensé.

Íbamos en dirección opuesta, ella bajaba yo subía y sin querer nos fuimos acercando. Pasamos una al lado de la otra cruzando nuevamente nuestras miradas; de un manera tan efímera y contundente que por un instante sentí que me susurraban algo antes de devorarme los labios lentamente en un vaiben que ansiaba involucrar todo nuestro ser.

Fue entonces, cuando sus pupilas se convirtieron en un portal que me llevaron a otro mundo, uno donde eramos un cumulo de sensaciones que se derretían en un beso que hasta el sol de hoy puedo saborear, palpando la ternura y carnosidad de esos labios sin haberlos probado nunca. Era dulce, exquisita... era deseo al rojo vivo. Quería comérmela.

En aquel lugar la vi tomarme de la cintura, la sentí apretarme con fuerzas contra sus pechos y me sorprendí por el atrevimiento de mis caderas que buscaban algo que sosegara a mi entrepiernas que latía con fuerzas, contrayendo sus delicados pliegues. Jadeamos, gemíamos en silencio, nos mordíamos y suspiramos. Suspiramos. Suspiré antes de volver.

Que delicia, que misterio y que agonía... pues en la realidad seguía caminando con una canción que a penas vibraba en mis oídos, a la sazón de que mi mente contemplaba una escena que no sucedería pero que estimulaba cada fibra y nervio de este cuerpo al punto que se sentía asfixiado.

No quise voltear a verla, el pudor me lo impedía. También lo hizo el temor por romper la débil ilusión en la que me hallaba sumergida y que vergüenza la mía al ser cautivada de una forma tan obscena por un par de ojos marrones, que sin mucho esfuerzo, decodificaron mis mas íntimos deseos en humo transparente y han robado lo poco que necesito para vivir.

Relatos de una mujer solitariaWhere stories live. Discover now