10.

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Habían pasado dos días desde la consulta, y no todo iba bien.

Izuku se levantó de la cama solo para correr hacia el baño. Eran poco más de las siete de la mañana, por lo que Bakugo se alistaba con su traje para ir hacia la oficina, pero detuvo su accion concentrada y giro los ojos con fastidio cuando vio al de cabellos verdes repetir aquella acción que cumple sin falta desde hace al menos dieciocho horas.

Y Bakugo esta cansado, por que sabe que Izuku se está forzando a eso solo con la excusa de querer sacarlo todo y volver a dormir durante todo el día.

Katsuki solto el intento de nudo en su corbata para finalizar con un suspiro frustrado, aceptando de alguna manera que el día sería difil de nuevo.

Se dirigió hacia el baño y abrió completamente la puerta.
- me quedaré hoy - aviso Katsuki.

Izuku, que ahora enjuaba su boca en el lavamanos, cerró el grifo mientras sus ojos cansados miraban de reojo a su esposo, y una vez más el sólo escucharlo lo irritó, lo suficiente para que pasara a su lado evitando verlo directamente y ignorar lo escuchado como si sus oídos fueran zordos.

Últimamente prefería refugiarse en las cobijas.

Pero no era el único con la tolerancia inexistente. Durante estos días Katsuki descubrió algo, su paciencia está llena de enojo controlado, enojo que es difícil alcanzar, pero no imposible.

Comenzó retirando con brusquedad el saco que ya traía puesto y deslizó por su cuello aquella corbata de la misma manera, no pensó mucho en relajar su expresión molesta, simplemente abrió la puerta de la habitación cuando llegó a ella y la azotó con el dentro, creando eco por toda la casa.

Izuku cubrió su rostro con las sábanas.

- tienes una jodida idea de cuántos putos días tienes sin hablarme?

Izuku no contestó, de nuevo.

Bakugo retiro todo indicio de escondite de izuku con un jaloneo fuerte, y por un momento sintió que estaba tratando con un niño berrinchudo al cual no sabía cómo tratar.

Izuku lo miró con los ojos vidriosos y con él sueño fruncido.

- hablame, Izuku.

Su voz salió suplicante, dejando el enojo de lado, porque a katsuki es eso lo que más le afectaba. Izuku paso de ser una persona necesitada y dependiente de un día a otro, dejó de buscalo cuando se sentía mal, cuando lloraba o cuando no podía dormir por las noches y pedía suplicante ser abrazado.

Extrañamente, bakugo se dio cunta de lo mucho que le hace falta tener a Izuku de esa manera,y como única respuesta está más frustrado que de costumbre. No consigue estar tranquilo si izuku no lo está.

El de ojos verdes lo miró fijamente después de no hacerlo durante mucho tiempo, sin embargo era una mirada distante.

- es tarde, deberías irte ya.

Terminó de decir aquello y recuperó su sabana, cubrió su cuerpo y cerró los ojos.

Que la poca paciencia que quedaba se vaya al carajo.

Bakugo no espero más y lo agarró de las manos con brusquedad para hacerlo voltearse de nuevo.

- deja de joder y dime que mierda tienes?!

- responde algo maldita sea!!

- ahora te parece bien que me largue al jodido trabajo?! no voy a salir de la puta casa hasta que me des la explicación de tu puto carácter!! y no voy a salir del puto cuarto así que empieza a hablar!!

Katsuki aligero el agarre cuando vio las lágrimas brotar de aquellos ojos verdes, suspiro y en seguida el ruido de la puerta abriéndose de la casa fue lo que escucho.

La enfermera, uraraka, había llegado, habló animada como siempre en busca de su paciente, abrió la puerta de aquella habitación intuyendo que izuku tal vez aún dormía, sin embargo, se sorprendió al ver ahí a la pareja.

- señor bakugo, creí que ya estaría en el trabajo, es tarde.

Izuku se inclino hacia bakugo escondiendo sus lágrimas en su pecho, katsuki lo pego más a él y lo cubrió con la sabana, vio como sus manos sostenían su camisa con fuerza, la culpa no lo atosigo lo suficiente, simplemente miró a la enfermera y le pidió el desayuno que normalmente le hacía a izuku.

Ella solo asintió y salió de la habitación.

Bakugo acarició sus rizos suaves.

- kacchan.. no quiero comer, lo vomitare de nuevo.. duele mucho
- necesitas comer
- uraraka me pondrá suero.. estaré bien

Estaba mejor porque izuku lo miraba y lo sujetaba necesitado una vez más. Pero no era suficiente para estar tranquilo.

- si comes aunque sea un poco, me iré al trabajo

Izuku sollozo un poco más, lleno de culpa por su mente cansada e irritable.

- no quise decir eso kacchan, lo siento..

Bakugo limpio sus mejillas y lo acomodo sobre sus piernas, cubriendolo con el cálido cobertor, Izuku temblaba y no sabe a ciencia cierta la razón, últimamente cree no tener la razón de nada.

Cuando un té y un tazón con frutas llegó a la habitación, katsuki le tuvo paciencia sufienciente en cada bocado, se lo dio casi todo, aunque la idea de escucharlo quejarse en el baño como todas las noches lo agobiaba lo suficiente como para no obligarlo a tanto.

Si eso pasaba, Izuku lo culparia a él y de nuevo la pelea se repetiría el día de mañana.

Pero que importaba ya.

- volvió a dormir, avisame cuando
despierte - pidió cansado a la enfermera cuando salió de aquella habitación y cerró la puerta.

- claro.
- solo dale el medicamento que ya tiene programado, quiero que dejes de darle cosas inyectadas.
- señor Bakugo?

Katsuki la miró mientras se ponía de nueva cuanta su saco y su corbata.

- que tenga un buen día hoy. no se preocupe tanto.
- como sea - la puerta de la casa fue cerrada.

Y Bakugo  empezó a conducir hacia el trabajo, llegando tarde, de nuevo.

Ese día llegó tarde a casa, con la excusa de tener mucho trabajo.









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