16.

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Ya habían pasado algunos días, la casa estaba en su mayoría silenciosa cuando katsuki partía hacia el trabajo y uraraka y izuku se quedaban en casa.

Y el de ojos verdes no hacia mucho, duerme, merienda y cena algo, toma sus suplementos y demás, uraraka lo ayuda cuando siente algún dolor en específico y lo mantiene hidratado y distraído.

Se estaba empezando a acostumbrar a esa simple y cómoda rutina necesaria mientras cada mañana veía con cariño su vientre, asombrado y encantado de estar lograndolo al fin.

Recién estaban por dar las seis de la tarde, el cálido sol se estaba rescostando en las nubes ya, y como pocas veces pasa ya que izuku pocas veces sale de casa, katsuki esta terminado de estacionar el auto cerca al vecindario de sus padres.

Fue izuku el que propuso que sería mejor idea darle aquella gran noticia primero a los padres de bakugo. Quizá pensaba también en que ir con los suyos ameritaba una conversación más larga.

El de ojos verdes no estaba nervioso, sabe que de los dos, el que se está hundiendo en un mar de intranquilidad es katsuki, el pobre se arreglo como si fuera a una junta de su trabajo, lo que causó que izuku creyera que salir con su cómoda ropa estaba mal, y razón por la que se obligó a si mismo usar de misma manera una camisa y ha arreglar su revoltoso cabello.

Bakugo ya había bajado del auto y ahora estaba retirando el cinturon de seguridad de izuku, mientras se distraía, admirando y acariciando el vientre de izuku a través de esa linda camisa beige que vio cuando saco de su guarda ropa, y es que se le hacia realmente lindo que el de ojos verdes usará su ropa, se las arreglaba para arremangar las enormes mangas lo que solo lograba que se viera tierno.

Después de unos minutos y después de llamar con el timbre, la puerta de la casa de los bakugo se abrió.

Mitsuki salió primero, con unos lindos lentes de bordes color durazno y un libro en la mano izquierda, haciendo saber a ambos que estaba leyendo en ese momento.

- chicos! por fin vienen a visitarme!

Izuku sonrió cuando vio como se aventó a abrazar a su hijo, el cual se dejó abrazar de mala gana, después de todo, casi son ocho meses en los que su única interacción fueron llamadas telefónicas, ya que ambos estaban muy ocupados y katsuki tenía mucho "trabajo".

- izu, cariño! no te veo hace mucho tiempo!

Y lo abrazo de la misma calida manera.

Quizá fue ahí cuando katsuki e izuku lo recordaron, ya que si bien a través de aquella camisa el vientre de izuku casi no es visible, cuando lo abrazas de aquella forma, si se siente.

De pronto todo se quedó en silencio, mitsuki se quedó quieta, y las miradas ahora nerviosas de izuku y bakugo se cruzaron entre sí.

Mitsuki se alejo con lentitud de izuku y enseguida vio a su hijo, buscando en su mirada algún tipo de confirmación.

- qué mierda me vez? - soltó bakugo, con una sonrisa enorme cubriendo su rostro de forma victoriosa.

Y de todos los escenarios posibles, ocurrió el que ya se había imaginado katsuki de camino ahí.

Vio a su madre llenar aquellos lindos anteojos de lágrimas emocionadas mientras los abrazaba y besaba a ambos.

Para cualquier persona que cruzara enfrente de aquella ruidosa casa, sería entretenido ver como tres personas   alegres no dejan de abrazare, y seguido a eso, ver como la silueta de un hombre de cabellera castaña aparece de igual manera y después de compartir unas palabras con los demas, unirse de igual manera a los abrazos.

En Espera. Où les histoires vivent. Découvrez maintenant