Capitulo 16

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Contrario a lo que esperaba, dentro del auto se sentia una extraña paz alrededor de Spencer y las niñas. Derek iba al volante viendo de vez en cuando por el retrovisor al genio que no apartaba la vista de sus hijas. Penélope solo podía sonreir mas aliviada de que parte del infierno terminara, al menos ahora Reid está fuera de prisión haciendo todo más relajante.

En la parte de atrás solo podía escucharse la voz de Spencer murmurando para sus hijas y las risas de ambas niñas. Felices de tener algo que no sabían que extrañaban.

O al menos eso fue hasta que DJ decidió que ya había pasado demasiado tiempo lejos de los brazos de alguien. Empezando a gimotear y estirando los brazos para que alguien la alzará. El ruido solo alteró a su melliza haciendo que Fran también llorará. Reid no tuvo tiempo para notar el cambio de humor de sus hijas, un poco (muy) alterado por no saber cómo reaccionar.

-Traquilo, seguro Diane quiere que le carguen. Desabrocha su cinturón y cargarla.- Penélope decidió apiadarse de la pobre alma del genio. Aunque eso no evitaba su sonrisa al ver por primera vez al doctor Reid sin saber cómo tratar a sus hijas.

-¿Esta acostumbrada a que la carguen?- Le pregunta un poco inseguro de que tan bueno es que su bebé este acostumbrada a eso. De cualquier manera la levanta e intenta calmar su llanto.

-Si, supongo que eso es culpa mía, aunque nadie se opuso a cargarlas.- García hace un gesto de no saber si está en problemas o no. Pero en su defensa, es imposible ignorar a sus pequeñas sobrinas cuando quieren que las carguen.

-Entiendo.- Con algo de dificultad logra sacar a Diane de su asiento y acomodarla en sus brazos. De inmediato la pequeña deja de llorar al sentir el calor reconfortante de su padre.

-¿Has pensado que hacer con el trabajo?- Morgan aprieta un poco el volante, recordando todas las veces que Reid había estado en peligro pero ahora tiene a dos niñas dependiendo de el.

-¡Morgan!- Penélope de inmediato regaño a su amigo. No creyó que sacará el tema justo ahora.

-Esta bien García, tranquila.- Spencer pone una mano en el hombro de su amiga, lo último que necesita es una discusión ahora. -Necesito seguir trabajando, supongo que pediré unos días para acostumbrarme a ellas y planear una rutina. Si JJ puede con los chicos y el trabajo no veo porque yo no podría.-

-Asi es, además que por mi podría seguir cuidando de estos angelitos cada que necesites.- García sonríe al confirmar que Reid no dejaría la unidad, nunca lo dudo pero es bueno asegurarse. Ya había pasado lo difícil, ahora sigue que duro.

Derek se abstuvo de hacer otro comentario, sobretodo por la mirada de "di otra cosa y te juro que te mato" de García. Pero solo quiere que Spencer piense sobre lo que hará una vez que tenga que poner una rutina con sus hijas, más ahora que son tan pequeñas. Hotch se perdió tantas cosas, no quiere que más tarde Spencer se sienta como si hubiera dejado a sus niñas de lado.

Al fin llegaron a la UAC, después de lo que parecieron horas. Con ayuda de García logra bajar ambos portabebé y a las niñas.

Entrar a las instalaciones del FBI se siente como si hubiera pasado una vida desde la última vez que puso un pie en ese lugar. Mira a Diane que parecía muy cómoda en sus brazos y con su pequeña mano se aferra a la camisa de su padre. Por su parte Fran dormía tranquilamente en su portabebé, ignorando todo a su alrededor. Una sonrisa crece en la boca de Reid al ver a ambas niñas tranquilas y a salvo.

Cuando las puertas del ascensor se abren en el familiar piso de la UAC se escuchan risas y el alboroto de la familia. Reid camina solo unos pasos cuando es atrapado por Rossi en un abrazo. Con cuidado de no incomodar a Diane corresponde el gesto, respirando el familiar aroma de la colonia del agente más viejo. Apenas siente a David alejarse unos pasos cuando Prentiss toma el lugar que el mayor deja libre. De esa manera sigue una ronda de abrazos con algunas lágrimas.

Después de lo que parece una eternidad para Reid y una interminable cantidad de contacto físico pasan a la sala de conferencias. El recién liberado observa como nada parece haber cambiado durante su ausencia. Es una sensación agradable y reconfortante saber que al menos hay algo que sigue igual. Camina por esos pasillos que tanto recuerda, pero a la vez está la pequeña diferencia que hace que todo sea extraño. El ya no es el mismo que camino por esos pasillos meses atrás.

Estaba perdido en su mente, caminando como si estuviera en piloto automático. Pero la suave risa de una de sus hijas lo trae de vuelta a Tierra. Mira a sus brazos notando a Diane quedándose dormida de nuevo, una mano aferrada a su padre, un intento de no volver a perder algo que apenas conocía pero sabía que amaba. Spencer acaricia la espalda de su pequeña ayudando a que se relaje. Busca con la mirada a Fran, y la encuentra en los brazos de Rossi. Feliz, alegre y a salvo. Tan cómoda en los brazos del veterano agente como si ese fuera su lugar, un espacio cálido y seguro.

Se sienta en su escritorio con cuidado de no mover de manera brusca a su hija. El pequeño suspiro de alivio que suelta Diane deja una sensación cálida en su pecho. Incluso viendo a Fran pasar de los brazos de cada uno de los rudos agentes del BAU, sin que la sonrisa desaparezca de su carita, es un sentimiento agradable. Un calor familiar que se perdió durante meses.

Una mano en su hombro lo saca de su mente, como había hecho muchas veces en otro tiempo. Derek ya estaba preocupado por la razón de Reid para aislarse en su mente por tanto tiempo, aunque sus ojos y sus manos estaban atentos a las pequeñas Reid. 

-¿Que pasa por esa cabeza tuya, genio?- Intenta actuar como antes, antes de casarse, antes de Savannah. Cuando solo eran ellos dos, en tiempos más simples.

-Solo... pienso. Es agradable estar de vuelta, pero se siente extraño.- Voltea a verlo y le da una pequeña sonrisa. Lo mejor sería evitar toda la conversación pendiente. La despedida que se fue de las manos de ambos, Savannah, los hijos de cada uno. Tendría que hablar con Derek, tarde o temprano. Pero no estaba listo para esa conversación, aún no.

-Tal vez sea mejor si vas a casa, necesitas descansar y dudo que Hotch te deje ayudar con esto.- Omite decir el nombre de la madre de Reid, en esta condición lo peor que puede hacer es recordarle a Reid algo así.

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Aunque Derek se ofrece a llevarlo al departamento se niega con la mayor gentileza posible. Lo último que necesita es estar en un espacio limitado con Derek Morgan y sus hijas. Así que prefiere que J.J. lo acompañe al departamento que compartió con su madre.

Por seguridad pide a un oficial que se quede con las niñas y no subirlas al departamento. Para su sorpresa ambas bebes parecen muy tranquilas al ser dejadas en el auto.

Suben juntos a su hogar y al entrar siente un nudo en el estómago. Todo siendo examinado por unos extraños que analizan cada parte de su vida privada.

Entra a su habitación y saca una de las maletas que siempre tiene lista para salir a un caso. Al buscar entre sus cajones algunas cosas que podría necesitar encuentra un pequeño frasco olvidado en el fondo.

Dilaudid

Lleva años limpio, pero en este momento el alivio y los momentos de tranquila neblina le parece tan tentadora. Un momento para no pensar en nada.

Cegado por la tentación de alejar su mente de todo, guarda el pequeño frasco en su maleta.

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Bueno, un capítulo un poco más corto que los anteriores pero lo bueno es que hay capitulo.

Les agradezco mucho la paciencia para seguir la historia a pesar de lo larga que se está haciendo, no pensé que llegaría a tantos capítulos. Y todavía quedan cosas que quiero escribir. Asi que gracias por llegar a la historia y seguirla.

¿Demasiado tarde?Where stories live. Discover now